La ministra francesa de la Justicia, Michèle Alliot-Marie, afirmó el domingo “no haber dado ninguna instrucción” a la fiscalía para apelar el fallo que absolvió al ex primer ministro Dominique de Villepin en el caso Clearstream, en un intento por disipar las sospechas que han puesto al poder a la defensiva.
El fiscal Jean-Claude Marin, que anunció el viernes en una radio que apelaba la absolución de Dominique de Villepin pronunciada la víspera, “no recibió ni instrucción ni incitación de ninguna naturaleza para tomar su decisión”, afirmó Alliot-Marie a la radio Europe 1.
El ex primer ministro, que fue absuelto el jueves en este caso de denunciación calumniosa en la que el presidente Nicolas Sarkozy se declaró parte querellante, acusó el viernes al mandatario francés de ser el origen de la apelación de la fiscalía, para “cubrirlo de fango”.
Sospecha expresada también por miembros de la oposición y ampliamente destacada por la prensa.
Una decisión así “no puede adoptarse sin el visto bueno del presidente de la República”, afirmó el diputado socialista Arnaud Montebourg.
Dominique de Villepin fue absuelto en este caso, una amplia manipulación política fundada en falsas listas bancarias que habría tenido por objetivo desacreditar a Nicolas Sarkozy insinuando actos de corrupción. Todo esto en el contexto de la postulación a la presidencial de 2007.
Poco después de conocerse el fallo, una derrota personal para el presidente francés, que al estallar el escándalo había prometido “colgar al responsable de un gancho de carnicero”, éste se limitó a “tomar nota” del fallo y señaló que no apelaría como demandante.