Hace unos días, la pareja de exchicos reality Leandro Penna y Lisandra Silva, quienes se conocieron en el programa Doble Tentación (Mega), dieron a conocer públicamente su ruptura tras un año y medio de relación.

Sin embargo, llamó la atención que en sus respectivas declaraciones ambos aseguraron amarse aún. “Esto de ‘separarse desde el amor’ es tan sencillo como suena. Somos dos personas que se eligieron hace 1 años y 5 meses con mucho amor y hoy deciden no estar más juntos justamente (y valga la redundancia) por el amor y el respeto que le tenemos a nuestra historia”, indicó Leandro en una publicación en su cuenta de Instagram. “Porque te amo con todo mi corazón y creo en el amor libre te deseo lo mejor y espero que la vida se encargue de entregarte a la persona correcta para que seas feliz y brilles con la hermosa luz que proyectas y contagias a tu alrededor”, añadió en otro post.

Por su parte, Lisandra escribió por la misma vía que su expareja es “un hombre al que amo y admiro y siempre me dio alas para volar”. “Leandro es y será una de las personas más importantes de mi vida y el que me hizo volver a creer en el amor verdadero, puro y sincero”, expresó.

Esto llamó la atención de muchos de sus seguidores, quienes se preguntaban: “Y si se aman tanto, ¿por qué terminan?”. Bueno, lo cierto, es que este tipo de decisiones son más comunes de lo que creemos y no tienen nada de malo.

“Te amo, pero tenemos que terminar”

El doctor en filosofía Aaron Ben-Zeév, autor de varios libros sobre el amor de pareja, escribió una columna respecto a las relaciones que se terminan cuando aún existe “amor”, en el portal especializado Psychology Today.

“A veces, el amor y la vida chocan. Por lo general, este conflicto se puede remontar a una de dos cuestiones: uno, razones románticas que tienen que ver con la naturaleza del amor de uno, y dos, razones relativas a la vida floreciente de los involucrados”, indica.

Ben-Zeév detalla en profundidad qué significan cada una de estos dos puntos:

1. “Te amo, pero no lo suficiente”

“El amor romántico no es una actitud de todo o nada, viene en diferentes grados. Algunos amores son lo suficientemente buenos para tener una aventura durante algunas semanas o meses, pero no son suficientes para mantener el amor a largo plazo”, cuenta.

En este sentido, entrega algunas razones que pertenecen a este tipo de situación:

– “Me gusta alguien más”.
– “En el pasado, he amado a alguien con más fuerza que a ti”.
– “Estoy contento contigo en el corto plazo (gran intensidad romántica), pero no veo perspectivas a largo plazo (no mucha profundidad romántica)”.
– “Somos excelentes compañeros sexuales, pero no buenos amigos”.
– “Somos amigos íntimos, pero no grandes compañeros sexuales”.
– “Hay grandes fallas en tu comportamiento que me impiden confiar en ti y sentirme tranquilo contigo”.
– “No puedo darte el amor que te mereces”, o más francamente, “Mis sentimientos hacia ti no son lo suficientemente fuertes”.

Ben-Zeév explica que las razones en este grupo son principalmente comparativas, lo que indica un menor nivel de amor o idoneidad romántica. “Las diferencias anteriores suelen asociarse con la declaración ‘te amo, pero no estoy enamorado de ti’, que es otra afirmación que ha puesto fin a muchos matrimonios y relaciones importantes. Aquí hay un cierto grado de amor, pero ese grado no es suficiente, al menos no en comparación con otras opciones disponibles”, enfatiza.

Vera Arsic | Pexels (CCO)
Vera Arsic | Pexels (CCO)

2. “Te amo, pero no puedo vivir contigo”.

Aaron indica que las relaciones románticas a largo plazo deben tener en cuenta factores no románticos relacionados con la convivencia de las personas. “Amar a alguien no siempre es suficiente para decidir vivir con alguien. Vivir juntos y establecer una familia juntos ciertamente requiere amor, pero mucho más que eso, requiere la capacidad de ayudarse mutuamente a crecer”, afirma.

Ejemplos de razones comunes en este grupo son:

– “No puedes ayudarme a crecer, ya que no sacas lo mejor de mí”.
– “No puedo ayudarte a crecer, por el contrario, estar conmigo bloquea tu crecimiento”.
– “No somos aptos para construir juntos una vida próspera a largo plazo”.
– “No eres un buen padre o esposo (aunque puedes ser un gran amante)”.

“En este grupo de razones, el grado de amor es suficiente para apoyar el amor perdurable, pero no para vivir juntos. La gente a veces prefiere prosperar en la vida por sobre el amor, puede depender de su propio crecimiento o el de su pareja”, señala el profesional.

Un ejemplo de esto puede ser una persona que ame mucho a su pareja, que sienta que no hay nada malo con él o ella, pero que cree que jamás se podría realizar a su lado porque sus intereses o anhelos son demasiado diferentes entre sí o que, por el contrario, se perciba a sí mismo cómo un obstáculo para que la otra persona sea feliz. En este caso se sacrifica a la pareja por el bienestar del otro o de los dos.

¿El amor basta?

Aaron dice que el amor romántico tiene un impacto muy positivo en la vida de las personas, “esto se expresa de muchas maneras, como la felicidad, el crecimiento y la salud. Para algunas personas, es el motor que impulsa sus vidas hacia adelante. Sin embargo, las personas necesitan más que amor para crecer”.

“Para que el amor prospere y perdure, necesitamos un marco de vida lo suficientemente bueno. Cuando el amor romántico prospera, puede contribuir a una sensación más general de prosperidad. A veces, sin embargo, el amor y la vida entran en conflicto”, expresa.

Vera Arsic | Pexels (CCO)
Vera Arsic | Pexels (CCO)

“Y entonces podemos encontrarnos preguntándonos: ¿Qué tiene prioridad, el amor o la vida? Esta puede ser una decisión difícil. En un extremo, uno puede sacrificar la vida por amor (recordemos Romeo y Julieta). En el otro, uno puede sacrificar el amor por la vida (permanecer en un matrimonio sin amor, pero cómodo, por ejemplo). Por supuesto, la mayoría de nosotros tomamos decisiones románticas que se encuentran en algún lugar entre estos angulosos polos. Es la fuerza del amor, la naturaleza de las demandas de la vida y el grado de conflicto entre ellos, lo que determina exactamente dónde terminamos en ese continuo”, añade.

Ben-Zeév cree que cuando el deseo intenso se percibe como el núcleo del amor romántico, el conflicto entre el amor romántico y la vida crecen. “Tal deseo es generalmente breve y disminuye con el tiempo. La vida, por el contrario, tiende a durar. Un amante no puede estar ciego a la vida, y el amor no siempre gana. En cualquier caso, el amor no puede reemplazar la vida. Cuando el amor y la vida van de cabeza a cabeza, el amor casi siempre pierde, especialmente cuando se basa en el deseo intenso. A la larga, cuando los amantes nutren la conexión entre ellos y hacen cosas que se capacitan para crecer, ese amor se mantiene y mejora. Así es como se forman lazos”.

“Aunque el amor romántico es extremadamente importante para nuestra felicidad y prosperidad, el amor no es una condición necesaria, ni suficiente, para una vida feliz y próspera. Como resultado, el amor no es todo en la vida, aunque a menudo es una parte central de él. Si, de hecho, el amor no es todo lo que necesitamos, entonces es ciertamente razonable que algunas personas abandonen a la persona que aman”, finalizó.