Ningún chileno ha quedado indiferente ante la crisis que se vive en Chile. Las redes sociales y los medios de comunicación están llenos de imágenes y videos que, si bien podemos comprender como adultos, para los más pequeños pueden resultar ser estímulos que generan angustia, confusión, incertidumbre, asombro y hasta miedo.

Por ello es de vital importancia explicarles de la forma más adecuada en qué consiste la situación actual y brindarles así la mayor sensación de seguridad y protección posible.

También es importante que los padres estén preparados para el regreso a clases en medio de un clima aún álgido y lejos de apaciguarse.

“Es conveniente, en primera instancia, visibilizar a los niños y sus necesidades”, aseguró la psicóloga infantojuvenil con magíster en psicología educacional, María de los Ángeles Bonilla. “Si bien pueden tener una corta edad, como ya se ha mencionado se encuentran en una gran vulnerabilidad por no tener el raciocinio de un adulto para interpretar lo que ve, por lo que es importante incluir lo que sienten y piensan dentro de la familia”, agrega.

En el caso que los padres no hayan hecho lo anterior, dice Bonilla, “hay que explicarles en palabras simples y amigables lo que está ocurriendo, y que si bien los padres no podrán estar todo el tiempo con ellos, el colegio es un lugar seguro y que serán los profesores quienes cuidarán de ellos”.

Asimismo, la profesional de la salud insta a “responder las dudas de manera cercana y afectiva, en caso de que las tuviesen”.

En tanto, la psicóloga advierte que los padres deben continuar con la práctica de no exponerlos a imágenes que puedan resultar violentas y generar así impacto y ansiedad en ellos. “Hay que recordar que ellos no tienen el criterio que puede tener un adulto, por lo que es común que teman que lo que ven, les pueda pasar a ellos o a sus padres”, indica.

Como una manera de realizar actividades diferentes, Bonilla entrega diversas ideas, tales como “invitar a los niños a pintar y dibujar de manera libre, y así ellos podrán expresar lo que sienten aunque no sepan reconocer sus emociones”.

Vuelta a clases

Una vez vuelvan a clases, la psicóloga indica es aconsejable “preguntarles cómo se sintieron, si escucharon o vieron algo que les dio miedo, si es que el profesor o profesora les comentó algo de lo que ocurre a nivel país, o cualquier cosa que les dé información del estado emocional en que se encuentra el niño o niña”.

Bonilla señala que si bien es importante que el niño retome una rutina de estudio. Hay que intentar ir a su ritmo, dado que es posible que se encuentre preocupado y con su atención puesta en lo que está ocurriendo en el exterior.

Para esto, sugiere, “pueden trabajar por períodos de 20 minutos y hacer pausas de 10 minutos en el los que los niños puedan pintar, dibujar, moldear plasticina o realizar cualquier tipo de actividad que lo saque de posibles pensamientos que puedan generarle ansiedad”.

También recomienda retomar y mantener sus rutinas de estudio “sino también de juegos, vida social, sueño y alimentación”. Esto, “dado que las rutinas brindan la sensación de estabilidad y seguridad, justamente lo que buscamos dentro de un clima de incertidumbre”, enfatiza.

“Hasta los 5 años puede ser que no entiendan muy bien lo que ocurre, pero sí son capaces de sentir y percibir las emociones de los demás, por lo que es necesario intentar transmitir la calma en este ingreso a clases, a fin de que los niños se sientan seguros con ellos”, dijo.

Cambios coyunturales

Mientras dure la coyuntura, Bonilla comenta que “es esperable que algunos niños y niñas pidan dormir con la luz prendida, dormir con el adulto, llevar un objeto de apego al colegio, como una manta, peluche u otros, dado que son acciones que le brindan seguridad dentro de un ambiente que les resulta ‘anormal’”.

De ser así, agrega, “se puede transar siempre que se les explique que esto sólo será un acuerdo momentáneo para que se sientan seguro, pero debe ir acompañado de una conversación, aunque sea repetitiva, que apunte a fomentar la tranquilidad del niño, hasta que sienta que ya no es necesario utilizarlo”.

Finalmente, la psicóloga sostiene que “si estas conductas o temores se prolongan en el tiempo y aumentan de intensidad, se sugiere consultar con un profesional de la salud mental que pueda apoyarlos de la mejor manera posible, con estrategias individuales para cada quien”.

Por lo mismo, “los psicólogos estamos para apoyar estos procesos que no son fáciles para los niños, pero que sabemos que pueden salir adelante y les deseo el mayor éxito”, puntualiza Bonilla.