El mejor consejo de los expertos, es siempre tratar de guardarlo limpio al final de la temporada, para evitar problemas.

Las anheladas lluvias están cada vez más cerca de la zona central y, junto con ellas, las bajas temperaturas. Por ello, es momento de cambiar el clóset y revivir abrigo y parka. Pero, ¿cada cuánto se deben lavar?

Muchas personas guardan las prendas de invierno en sus bodegas o las almacenan en los lugares más recónditos del clóset, lo que hace que se llenen de polvo, o en algunos casos, polillas.

Por lo mismo, lo primero que se debe hacer es sacudir al aire libre aquellos abrigos o chaquetas que han estado almacenados durante mucho tiempo. Por supuesto, si eres alérgico al polvo, entonces una mascarilla no está de más.

Con eso listo, es hora de averiguar si debes enviarlo a una tintorería o puedes lavarlos en tu lavadora.

Para saber esto, según LG electronics, basta con revisar las etiquetas para conocer las instrucciones de lavado. Algunas prendas requieren una limpieza en seco, mientras que otras pueden lavarse a máquina a temperaturas específicas.

¿Qué abrigo se puede lavar en la lavadora?

En tiempos donde el dinero no sobra, es importante conocer exactamente lo que dice la etiqueta, puesto que además de especificar si se debe o no lavar en seco, también dirá la temperatura que soporta, si se puede meter a la lavadora o es mejor hacerlo a mano, así como el uso de suavizante o detergente.

La lana, por ejemplo, es una fibra natural y puede lavarse en casa, aunque lo ideal es que sea con agua fría a mano o en un ciclo muy suave de la lavadora.

Por su parte, los abrigos o parka de pluma, pelo sintético y los de paño, también pueden ser lavados en lavadora, aunque no se debe superar una temperatura máxima de 30ºC. También su centrifugado tiene que ser muy bajo.

Eso sí, hay algunos materiales que es mejor dejarlo a profesionales, como el de piel de ante.

¿Cada cuánto se debe lavar un abrigo?

Debido al gran recorrido que hacen los abrigos para llegar a la tienda donde lo comprarás, los expertos recomiendan lavarlo o enviarlo a la tintorería antes de estrenarlo, para así evitar el riesgo de contagio de cualquier virus o bacteria que pueda haber almacenado en sus transportes.

Por otra parte, al ser una prenda que no está en contacto directo con la piel o sudor, no requiere de un lavado frecuente, pero sí de una mantención constante en seco.

Pasar un cepillo por encima tras cada uso, no está demás. En cuanto al lavado, este no debe hacerse más de una o dos veces al año, para evitar dañar la prenda.

Por supuesto, lo ideal es guardarlo limpio al final de la temporada, ya que de esta forma se evitará que una mancha o un mal se expanda con el tiempo y contamine la prenda completa.

Ojo con estos datos:

– Detergente suave

En todos estos casos, se recomienda utilizar un detergente suave y evitar los productos con blanqueador o suavizante de telas, ya que pueden dañar las fibras de las prendas, sobre todo en el caso de los abrigos.

– Lavar a temperatura adecuada:

Lavar las chaquetas y abrigos con agua fría o tibia permite evitar que se encojan o pierdan su forma original. Si es posible, se aconseja utilizar un ciclo de lavado delicado.

– Secar al aire libre:

Nunca se deben secar las chaquetas y abrigos en la secadora, ya que el calor intenso puede dañar las fibras y también deformar las prendas. En su lugar, se recomienda colgarlas al aire libre y dejar que se sequen de manera natural.

En el caso de prendas más delicadas como chaquetas de pluma y abrigos de lana, incluso es recomendable lavarlos en seco para evitar que pierdan su forma y calidad.