La revista especializada BMJ Case Report , que posee la mayor colección online de informes de casos médicos (más de 15 mil artículos de 70 países), reporta el inesperado incidente a un joven de 29 años en los Estados Unidos.

Según los doctores Luke Michaels, Naing Latt Tint y Philip Alexander, el paciente masculino acudió a la clínica de urgencias oculares aquejado de molestias en el ojo izquierdo. El hombre despertó con la afección que le impedía ver con claridad.

Los exámenes clínicos revelaron “una hemorragia prerretiniana (es decir, sangre atrapada debajo de la membrana limitante interna y confinada anterior a la retina)”, según el reporte. El diagnóstico fue de una retinopatía Valsalva, padecimiento provocado por “la ruptura de los vasos retinianos superficiales causada por el esfuerzo físico: el aumento rápido de la presión intravenosa dentro del ojo provoca la ruptura esponáneta de los capilares de la retina”, explica la enciclopedia Medscape. La enfermedad se atiende con delicadeza, pues los síntomas se resuelven espontáneamente sin intervención.

Durante la consulta, el paciente negó el vómito, la tos, los estornudos o el estreñimiento inmediatamente antes del inicio de los síntomas. Los doctores hallaron el padecimiento, pero no detectaban el precipitante de la historia, el motivo de la hemorragia repentina. Temieron otro padecimiento oculto y profundizaron los análisis. El joven, cuyo nombre no trascendió para proteger su identidad, fue sometido a análisis de sangre para medir el azúcar y la coagulación. Los resultados fueron normales.

El diagnóstico no estaba claro. Se le solicitó al paciente regresar a los tres días para darle seguimiento. En esta ocasión, el doctor le hizo preguntas directas sobre su actividad sexual. El hombre informó, tras varios rodeos, “un episodio de relaciones sexuales vigorosas” la noche anterior al comienzo de los síntomas.

Archivo/Pixabay.com_CCO
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¿Ambos eventos estarían conectados? Sí. Los expertos concluyeron que “durante el orgasmo se puede producir un aumento repentino de la presión venosa retiniana, que da como resultado la rotura del vaso y la retinopatía hemorrágica”. Este fue el primer caso reportado por la ciencia de un episodio de esta naturaleza. Lo nombraron Retinopatía Valsalva post-coital.

Los investigadores enfatizan en la importancia de considerar a la actividad sexual como causa posible de esta patología. “Con ciertos temas, los pacientes no suelen ofrecer la historia voluntariamente. Los médicos deben estar atentos y siempre considerar la actividad sexual como una causa del cambio fisiológico”, concluyen.