Bastante polémica generó una crítica realizada la semana pasada por un columnista estadounidense llamado Charles M. Blow en The New York Times, en la cual llamó a ‘cancelar’ dibujos animados infantiles que nunca antes habían estado en el ojo del debate. Uno de ellos es Pepe le Pew, el zorrillo ‘romántico y apestoso’, y el otro es Speedy González, conocido como el ratón más rápido del mundo.

Respecto al primero, Blow expuso que su modo de actuar “normalizaba la cultura de la violación”, mientras que sobre el roedor indicó que tenía connotación racista hacia los mexicanos.

“Algunas de las primeras caricaturas que puedo recordar incluyen a Pepe Le Pew, quien normalizó la cultura de la violación; Speedy Gonzales, cuyos amigos ayudaron a popularizar el estereotipo corrosivo de los mexicanos borrachos y letárgicos”, indicó.

Como era de esperarse, sus dichos generaron bastantes críticas de cibernautas en redes sociales, muchos de ellos indicando que las apreciaciones de Blow eran “exageradas”, ya que se debían al “análisis desde la perspectiva de un adulto”.

Al notar eso, el comunicador explicó aún más su comentario sobre Pepe le Pew: “Agarra y besa a una chica extraña, repetidamente, sin consentimiento y en contra de su voluntad. Ella lucha con todas sus fuerzas para alejarse de él, pero él no la libera. Cierra una puerta para evitar que ella se escape”.

La columna tuvo un efecto inmediato, ya que desde la producción de película Space Jam, segunda parte junto a LeBron James, anunciaron que el zorrillo animado no será parte del elenco.

Independiente de las posiciones personales, esta reflexión de Blow debe invitarnos a reflexionar respecto a qué tan nocivos pueden llegar a ser los dibujos animados en las percepciones que crean las personas en su infancia.

Pepe le Pew

Sin ir más lejos, el debate trajo a ‘colación’ otros ejemplos clásicos, como la caricatura de Pucca, a quien también señalaron como un ejemplo de acoso (por sus insistentes acercamientos hacia Garu, en contra de la voluntad del ninja).

A ellos también se sumó una caricatura mucho más antigua y popular, como Hey Arnold!, de la cual muchos también sostuvieron estar en contra de como una niña llamada Helga Pataki atacaba constantemente al protagonista, pese a estar enamorada de él.

Antecedente previo

Ya en 2017 una psicóloga australiana llamada Karen Phillip había hecho noticia en el mundo por expresar severos reparos en contra de uno de los dibujos animados más populares del último tiempo: nada menos que Peppa Pig.

En sus apreciaciones, la profesional expuso que esta caricatura era perjudicial para los niños debido a que estaba afectando su creatividad y capacidad para imaginar cosas.

“Los niños están perdiendo la capacidad de desarrollar habilidades en empatía y leer el lenguaje corporal de otras personas porque ya no están en sintonía con él”, indicó.

“Los pequeños están perdiendo la capacidad de crear nuevos juegos, nuevos conceptos y nuevas ideas por estar demasiado acostumbrados a ser entretenidos por una fuente externa”, agregó.

Como era de esperarse, las críticas hacia Phillip no se hicieron esperar. En este sentido, muchos aseguraron que no estaba realizando una “valoración justa” del dibujo animado en cuestión.

La respuesta de la terapeuta, en ese entonces, no se hizo esperar: “Si los padres interactúan con los niños mientras ven Peppa Pig, cantando, bailando e interactuando con ellos, entonces la cosa cambia. Jamás mencioné el programa Peppa Pig, me refería al uso excesivo de pantallas”.

Giuseppe Iandolo es un psicólogo español y doctor en Desarrollo Psicológico, Aprendizaje y Educación, quien actualmente es académico de la Universidad Europea de Madrid. En su análisis respecto al fenómeno de los dibujos animados, los personajes sí importan en el contexto infantil.

Hey Arnold!

“A corto plazo, durante la visión del dibujo animado, pesan más los personajes. La influencia de la historia requerirá un proceso de maduración posterior. Los dibujos animados, en tanto que narran una historia con personajes con los que el niño se identifica, contribuyen a estimular su empatía, pero solo cuando la historia se cierra empieza a afectar el pensamiento narrativo y emocional del niño”, expuso al diario El País.

“Ver una historia estimula la empatía; contar una historia proporciona un nivel aún más profundo de empatía hacia los personajes”, agregó.

Para Iandolo el rol clave que los padres deben asumir ante sus hijos es racionalizar los contenidos que ellos ven a diario, a través de la TV o internet, así como llevar a que los menores cuenten la historia animada desde su punto de vista.

“No existen los dibujos animados perfectos porque el pensamiento narrativo se basa en lo imprevisto y en la imperfección, pero un buen dibujo animado permitirá al niño y a sus padres buscar el significado de la experiencia, tal y como ocurre en la vida real”, concluye.

¿Pepe le Pew cancelado?

Pepe le Pew fue un dibujo integrado al mundo de la animación de Looney Tunes hacia 1945. Dentro de sus características estaba el hecho de que se consideraba a sí mismo como un “ser romántico que estaba siempre en busca del amor”. No obstante, sus intentos generalmente fracasaban debido a su mal olor.

En las caricaturas, siempre se le veía persiguiendo a una gata de nombre Penélope, quien expresaba incomodidad y escapaba cada vez que él quería abrazarla y besarla, situación que en ocasiones lograba sin el consentimiento de ella.

En este sentido la psicóloga infanto-juvenil Karina Navarro, profesional de la Clínica Vidaintegra, indicó a BioBioChile que estas imágenes sí pueden afectar la forma como un niño interactúa con su entorno.

“Me acuerdo de la época de Pepe le Pew y era un ‘mono’ que seguía a otro ‘mono’ simplemente; no conocía la palabra acoso. Hoy en día esos son temas relevantes de hablar socialmente y, claro, un niño esa conducta podría aprenderla y ejercerla sobre una niña en el jardín, por ejemplo”, indica.

“Puede ser perjudicial para los niños tener un contenido del tipo abusivo, porque en el fondo es como que este zorrillo apestoso se lanza sobre esta gatita, en donde ella lo rechaza, de hecho siempre se marca el rechazo de ella ante él, pero él insiste e insiste. Si a esto uno le saca el dibujo animado y los muestra como una película de adultos, claro, es bastante negativo”, agrega.

Algo similar reportó la médica Rocío Cortés Zepeda, Neuróloga Pediátrica de Clínica las Condes y el Hospital Roberto Del Río, quien ahondó respecto a estos dibujos y su implicancia.

“Existen muchos contenidos que surgen en tiempos antiguos y que claramente no están de acuerdo con lo que es aceptado actualmente, y probablemente con lo que era aceptado en aquel tiempo. Sin embargo, creo que no es necesario eliminarlo como para que uno entienda que no son aceptados”, reflexiona.

Pucca

“Estos fueron contenidos creados en la década del 50 y la verdad es que no se hacía una crítica respecto a muchas cosas, no solamente respecto al contenido donde se usa o se abusa de la mujer, sino que también sobre la violencia, el racismo, porque en ese momento eran contenidos considerados válidos o que se podían discutir”, comenta.

Para Navarro, esta apreciación respecto al contenido de Pepe le Pew puede ser el inicio de una serie de revisiones y reflexiones respecto a la calidad del contenido que por años se les ha entregado a los más pequeños.

“Yo creo que habría que hacer una revisión completa respecto a las nuevas miradas, porque hablamos de una sociedad machista, hace un tiempo atrás, en donde hay un cambio de paradigma, que ha costado, pero está. Hablamos de que los contenidos antes eran con harta violencia y niveles de maltrato, y eso era normalizado. Yo creo que habría que chequear, así como se está chequeando con Pepe Le Pew o Pucca, el tema de poder hacer un cambio”, expuso.

“Pero hay que hacer una revisión completa, porque si uno se va hoy en día a las series de animé, que vienen de mangas antiguos, también emergen de una cultura machista, de violencia. Entonces, más allá de la violencia contra la mujer, finalmente se apunta hacia la conducta violenta, que también atañe a los videojuegos que juegan los niños, más aún en la pandemia”, añadió.

Al igual que en el caso de Giuseppe Iandolo, para la experta chilena resulta clave la capacidad que tengan los padres a la hora de educar a sus hijos respecto a lo que ven en pantalla.

“El problema además va relacionado a la mediación que hacemos los padres, el descuido de revisar lo que ven los niños y apreciarlo junto a ellos, porque si vamos mediando lo negativo podemos poner una pausa y preguntar sus opiniones, entonces se le puede decir que ‘eso que se ve no se hace’. De esa forma también educamos”, comentó.

Respecto al mismo punto, Cortés asume que el apoyo más importante que deben dar los padres hoy en día es conversar con los más pequeños respecto a los contenidos que ven a diario.

“La solución es transformar este dibujo animado en un programa que sea guiado y supervisado por los padres. No me parece que sea eliminarlo, sino que cambiar la calificación que tiene. Y que los padres sean quienes puedan calificar este contenido para encontrar la forma de presentar modelos a sus hijos sobre estereotipos errados”, concluye.

Por ahora, sabido es que Space Jam, A new legacy no tendrá a Pepe le Pew dentro de sus personajes, mientras que el rol femenino de Lola Bunny ahora no tendrá una connotación de sensualidad, ya que sólo se hará referencia a su talento para el baloncesto.