El suboficial de policía, Jampier G.M., de 21 años, estaba destacado en la comisaría El Tambo, Provincia de Huancayo, en el departamento peruano de Junín.

Su padre se encontraba, desde hace varios días, luchando por su vida en el hospital provincial Carrion, producto de las complicaciones derivadas de la covid-19.

Según el medio local diariocorreo.pe, el uniformado tuvo un mal presentimiento al no recibir detalles del estado de salud de su progenitor.

Siguiendo su instinto, Jampier consiguió una vestimenta de médico, con todos los insumos necesarios para ingresar al área restringida en la que estaba internado su padre.

Un video lo muestra desde su entrada al centro de salud, fundado del característico plástico con el que los doctores y otro personal sanitario se blinda para evitar contagios.

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En la escena aparecen otros trabajadores del lugar, en grupo y otro en solitario. Prácticamente no se percatan de la presencia no autorizada, motivada por la desesperación de no tener noticias nuevas de un ser querido.

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El suboficial policial lo logró. Al personal de seguridad le dijo que era del servicio de nutrición. De esa forma llegó al sexto piso del hospital, a donde solo llegan médicos, personal del lugar y, en el peor de los casos, los pacientes de gravedad por el virus.

Cuando se acercó a su padre, se percató de que estaba sin vida. Incluso, el oxígeno ya le había sido desconectado.

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Del impacto del duelo, al arresto de sus compañeros

Jampier, pasó de la audacia de sortear los controles rigurosos de un hospital, a la extrema tristeza de contemplar el cuerpo de su padre. Lo anterior, sin que se le hubiese notificado a la familia del paciente.

La idea era corroborar cómo iba lo que se esperaba fuera una satisfactoria evolución. El joven incluso llevaba remedios para que le fueran suministrados a su padre.

El suboficial policial no soportó la escena y fue descubierto por el personal sanitario del hospital Carrion. La policía llegó en pocos minutos al lugar. De hecho, otro registro muestra a Jampier quitándose la vestimenta médica. Está rodeado de sus compañeros uniformados, quienes lo observan sollozar y sacar su teléfono celular para hacer unas llamadas.

A punto de ser detenido, pero sin ser esposado, el joven se toma su tiempo para hablar con su familia y explicarles la situación.

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“Mi sobrino entró al hospital para que le alcance una medicina a su padre, pero ya estaba muerto. El oxígeno estaba desconectado y salió corriendo a avisarnos. Han matado a mi hermano”, sostuvo el tío del policía, quien junto a otros familiares piden no ser tan severo con un hombre que solo estaba desesperado por ver a su padre.

Tras efectuarse la detención de uno de sus miembros, el general policial, Roger Arista, aseguró que los uniformados también son humanos.

”Quizá no está bien lo que hizo y en su afán de ver a su papá se disfrazó de médico, de todas maneras se hará la investigación de manera objetiva”, aseguró a la prensa peruana.

El comunicado del hospital

La sociedad peruana debate por redes sociales la situación en torno al proceder del policía y al resultado del mismo.

Esta última parte, no obstante, tiene enfiladas las críticas sobre el hospital Carrión, al que acusan de negligencia a la hora de informar a desesperadas familias sobre la situación de sus seres queridos internados. Peor aún, el caso del padre del suboficial tendría detrás una inatención mayor, ya que, según las investigaciones posteriores, no fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos, pese a su condición crítica.

La dirección del centro de salud, emitió un comunicado, reconociendo el pedido del médico a cargo del paciente, confirmando que este ingresó con “graves síntomas de COVID-19 y un cuadro de diabetes no controlada el pasado 9 de febrero”.

La misiva sostiene que le colocaron una mascar snorkel. Horas después el médico insistió por una cama UCI, pero una lista de espera de 12 enfermos más, impidió el traslado. Poco después se confirmaba su muerte.

Las autoridades peruanas están investigando lo sucedido, tanto en lo referente al proceder hospitalario, como al ingreso indebido del policía que se vistió de médico para ver a su padre, cuya acción califican de “vulneración a la salud pública”, aún y cuando reconocen que no se brindó una cama UCI a un paciente que se debatía entre la vida y la muerte en el sistema.