Tú no puedes comprar al viento.
Tú no puedes comprar al sol.
Tú no puedes comprar la lluvia.
Tú no puedes comprar el calor…

Es el coro de la canción “Latinoamérica”, escrita por René Pérez. Antes, Calle 13. Hoy, Residente (de un barrio donde impera el lujo y la distinción).

Evidentemente, es un conjunto de cosas que nadie puede adquirir con ninguna moneda de cambio. No obstante, con una millonaria suma, el cantante pudo acceder a una ostentosa casa en Encina, California.

Lo anterior hizo noticia, ya que no es una compra hecha por cualquier artista rendido ante el glamour, fama y fortuna, cosechada por sus aptitudes en escenarios.

Se trata de un reflector apuntando directamente a la acción de un interprete, cuyas canciones han criticado al imperio económico que se erige desde las disqueras, y más, arrasando con todo lo que pueden, a costa del talento de los cantantes.

Al menos, eso es lo que dice en la letra de Calma Pueblo: “Es el momento de la música independiente. Mi disquera no es Sony, mi disquera es la gente. Las personas que me siguen escuchan el mensaje. Por eso me defienden, a los puños, sin vendaje”.

En uno de esos giros irónicos de la vida, el cantautor firmó este 2020 un contrato, precisamente con la gigante Sony, la cual le producirá su nuevo proyecto denominado “1968”.

Así lo informaron medios sudamericanos como Clarín, haciendo referencia al guiño, esta vez en buena, que René le hace a la disquera.

El medio trasandino no desaprovechó la oportunidad de informar sobre la inversión en bienes raíces del puertorriqueño, ex novio de la actriz argentina Soledad Fandiño. De ahí, su interés por marcar la pauta al artista, cual ritmo de canción pegajosa, como las que sabe hacer René.

La mansión de 5.8 millones de dólares

Para entrar en materia inmobiliaria, René Pérez adquirió la mansión a un costo de 5.8 millones de dólares.

Según medios que reportan la adquisición “de lujo”, la propiedad que fue construida en 2017 cuenta con 7 habitaciones e igual número de baños, y tuvo como su propietario a David Spector, el segundo al mando a nivel ejecutivo de PennyMac Financial Service, la gigante prestamista hipotecaria de territorio estadounidense.

La decoración es todo lo opuesto a lo proyectado por el cantante e incluye salones de extrema elegancia, con poltronas color palo rosa que hacen juego con el delicado blanco de habitaciones. Todo un contraste con las letras oscuras del intérprete, reprochando cada vez que puede al gran capital por manejar sus hilos en detrimento de las mayorías.

Eso, en lo que respecta a los colores del lujo, alarde de la distinción en casas como esta.

Sin embargo, cuando uno se adentra a la nueva morada de Pérez, el recorrido se pone más que interesante.

Una sala de estar, de un pulcro blanco, recibe a los invitados como dando la primera impresión en una bienvenida que no es para cualquiera. Como la mansión, que no es para cualquier mortal, dado su precio.

El mármol en la chimenea es de los aspectos notables de esa área.

Por si un living fuera poco, otro más fue diseñado con colores más alegres, y combinados con tonos pastel que permiten sensación de amplitud, algo que sin duda llegó a la mente de un artista que pregonó durante años sencillez y distanciamiento del lujo, porque no había tiempo de eso, solo de invitaciones en sus letras como la de “Vamo’ a portarnos mal, pero con dignidad”.

Una zona que no pasa desapercibida en esta propiedad, de casi 6 millones de dólares, es su lujosa cocina.

En esta, los ingredientes de la distinción vienen combinados en negro, blanco, mármol, madera; en fin, todo un equipamiento donde se queda corta aquella letra de René, en la cual asegura que “ellas cocinan con salsa de tomate. Mojan el arroz con un poco de aguacate”.

Una elegante isla en esta área, lo acerca a sus invitados, aunque irónicamente lo aleje de su esencia, o al menos, de la de sus canciones.

Hablando de visitantes, cuando a Pérez lo visite la musa, podrá recibirla en un espacio donde fluya toda esa lluvia de ideas para hilar más de sus exitosas letras: una elegante piscina y un jacuzzi, colaborando en la tarea.

Cabe destacar que Pérez ganó el pasado 19 de noviembre otro Grammy Latino por Canción del año a raíz de “René”. En esta, describe una difícil niñez, con carencias y un sistema impidiendo su desarrollo, pero con la mano de su madre, una mujer que lo llevó a ser quien es. Sin embargo, algunas columnas de opinión, años atrás, ya han desmentido vorazmente su posición, la cual no tiene nada que ver con el niño promedio en Puerto Rico.

“Un revolucionario de plástico”

Tú no has vivido tres carajos de dificultades en tu vida.
A ti no te faltó la escuela, no te faltó comida.
Si la gente de Congo hubiera tenido tus oportunidades estarían graduados en las mejores universidades.

Es una de las estrofas de Adentro, otra de las canciones en las que Residente reprocha a José Fernando Cosculluela, un connacional suyo, cantante de trap latino y reguetón.

Se trata de una guerra de líricas que ha librado en más de una canción el mutiganador de Grammys, sin embargo, otros que están fuera del ámbito musical le han dedicado sendos escritos, criticando su posición de privilegio, disfrazada de resiliencia para cautivar a las masas.

El columnista, historiador y guionista colombiano, Iván Galló, publicó uno de los escritos más voraces contra el cantante puertorriqueño.

Gallo, sostiene que René no nació en La Perla, tal como este sostiene. Que no viene de sus barrios bajos. Es más, que sus padres no son de la clase obrera esforzada y vilipendiada. Su progenitor es un abogado. Su madre, la reconocida actriz de teatro Flor Joglar de Gracia.

Con esa vena artística y profesional, René no conoció la vida difícil que describe en sus canciones, según lo relatado por Gallo. Desde el privilegio y hasta la exigencia a sus padres:

“Aburrido en Puerto Rico, le montó pataleta a sus papás para que lo sacaran rápido del monótono sopor de la isla. Se fue a Georgia, Estados Unidos, a cursar un bachillerato en Artes. Luego, cansado de caminar y ver gringos que le dañaban el paisaje, se fue a Barcelona en donde estudiaría cine y edición de sonido. Volvería a Borinquen a formar Calle 13”.

Este “Che Guevara del reggaeton”, en palabras del columnista colombiano, estuvo y está acostumbrado a una vida de lujos que le han permitido moverse entre los continentes, como letra de sus canciones, pero con un estándar diferente al promocionado en sus líricas.

Eso, además, le ha permitido tener parejas de renombre, como una ex Miss Universo 2001 o la modelo y actriz argentina Soledad Fandiño, quien aún era su esposa en 2014.

“A pesar de que se autodenominan como un ‘Matrimonio Hippie’ la pareja no vive precisamente en el Bolsón o en una isla desierta, sino que reparten sus días entre las lujosas mansiones que tienen en Los Ángeles y Nueva York”, describía Gallo a la pareja, padres de Milo, ahora de 5 años.

En otras ocasiones, y como anticipándose a las críticas, Residente ha asegurado que sus convicciones le han hecho perder jugosos contratos, como el que dejó ir con Coca Cola, por un monto de 500 mil dólares, tras apuntar a que no consume esa bebida que le hace daño a millones de personas.

“Perdí medio millón de dólares con el que me pude comprar una casa, pero hasta ese nivel llega mi convicción”, dijo en esa ocasión René.

Sin embargo, la casa de medio millón de dólares la cual asegura que “perdió”, sería, sin duda, una inversión ni comparada a la de 5.8 millones de dólares que lo tiene siendo titular de noticia en el presente.

Los críticos de Residente sobre el barrio de lujo en EEUU, ya lo habían anticipado al exponer su historia de vida.

“Creer que Residente no tiene dinero es tan absurdo como haberle creído a Britney Spears cuando decía que era virgen”.