A partir de 2021, el estado de Florida, en Estados Unidos, será escenario de un controvertido experimento: se liberarán 750 millones de mosquitos.

Pero no cualquier mosquito, sino solo los modificados genéticamente por la empresa británica Oxitec.

Con esta iniciativa, dicen sus gestores, se busca reducir el Aedes Aegypti, mosquito transmisor del zika, el dengue, el chikungunya y la malaria. Se espera que los machos (que no son sino hembras a las que se les ha cambiado el sexo) hagan disminuir la población de mosquitos.

Cabe señalar que Oxitec ya probó este experimento en la ciudad de Jacobina, en Brasil. Y aunque en un comienzo pareció haber sido exitoso, a los 18 meses la región nuevamente se sembró de mosquitos transmisores.

Según el biólogo Reese Halter, el experimento, aunque arriesgado, podría dar resultado: “Mis colegas al norte de Queensland, por primera vez en 100 años se han librado de la fiebre del dengue gracias a un experimento similar”.

Los estadounidenses comenzaron a organizarse en protestas porque “no quieren ser conejillos de Indias”. Ya se recaudaron 240 mil firmas en una petición para que las autoridades prohíban la iniciativa de Oxitec. También se hicieron reclamos en los que acusaban a la firma de manipular a la población estadounidense para llevar adelante sus experimentos de mosquitos mutantes.

La directora del Centro Internacional para la Evaluación de Tecnología y el Centro para la Seguridad Alimentaria, Jaydee Hanson, alzó también su voz en una entrevista publicada por la revista Forbes: “Con todas las crisis urgentes que está enfrentando nuestra nación y el estado de Florida —la pandemia de Covid-19, la injusticia racial, el cambio climático—, la administración destinó dólares de impuestos y recursos del gobierno para el experimento ‘Jurassic Park’”, sostuvo.

Recordemos que en 2016 Bill Gates, quien financia investigaciones ligadas al tema, afirmó que “el mosquito modificado genéticamente sería el arma para luchar contra la malaria”.

Hace unos días, en su blog Gatesnews, el magnate escribió: “Los mosquitos pican todas las noches e infectan a millones de personas con malaria, una enfermedad que mata a un niño cada dos minutos. Es importante recordar que el animal más mortífero del mundo no se tomó un descanso durante la pandemia de covid-19. La mayoría de las muertes por malaria ocurren en los países más pobres que tienen los sistemas de salud más débiles, y que, además, deben enfrentar la carga adicional de detener el coronavirus. En muchos de estos países, es probable que los casos de covid-19 alcancen su punto máximo en el peor momento posible: el apogeo de sus temporadas de transmisión de malaria”, vaticinó.

La malaria, también denominada paludismo, llega a los humanos por la picadura del moquito anopheles infectado. En 2018, la Organización Mundial de la Salud contabilizó 228 millones de casos de paludismo y es la última estadística que se maneja a nivel global.

Estas noticias llegan mientras la población mundial se arma de mosquiteros y repelente de insectos para combatir otra nueva amenaza asiática, el Mosquito Japonés, portador del Virus del Nilo, que prolifera igual que otros insectos en las zonas rurales y donde se acumula agua. España e Italia ya reportaron casos.