La llegada del tsunami a Rapa Nui generó bastante expectación en la población. Según explicó el delegado presidencial de la isla, el primer arribo de las olas dejó una variación de unos 20 cm. Por otro lado, Senapred habló de una amplitud de 40 cm.
Ante la confusión que esto puede generar, BioBioChile consultó con Juan González, académico de la Universidad Andrés Bello e investigador del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), para aclarar estos conceptos, y por qué es importante no subestimar el aumento del nivel del mar en ese contexto.
¿Amplitud o altura de ola?
“La amplitud y la altura son parámetros que se usan para analizar las señales de tsunamis cuando llegan a la costa”, señaló González.
Según explicó, la amplitud se puede definir como la mitad de la diferencia entre una cresta y un valle de la onda. “Si uno ve la gráfica del nivel del mar —donde sube y baja— y mide desde la parte más alta a la más baja, al dividir esa distancia por dos, se obtiene la amplitud”.
“La altura, en cambio, a veces se asocia al doble de la amplitud, pero también puede definirse respecto a un nivel de referencia, como el nivel medio del mar o el nivel de reducción de sonda, que corresponde al punto mínimo permanente de agua donde mide el sensor”, aclaró.
En el caso de Isla de Pascua, el registro inicial mostró una altura de aproximadamente 20 centímetros, “pero actualmente ha aumentado y los registros indican que está cercana a un metro o incluso un poco más”.
Lo anterior, corresponde a la altura, cabe precisar. De hecho, la amplitud no se usa tanto porque siempre es menor, y lo que se busca es tener una referencia del cambio total de nivel del mar, es decir, la distancia entre la máxima y mínima sucesiva. Por eso se habla más de altura que de amplitud.
Un tsunami puede durar varias horas
Consultado sobre la duración de estos fenómenos, el investigador de CIGIDEN explicó que en Ilo (Perú) y Hawái, los registros han estado activos por ocho o nueve horas. “En esos registros hemos visto aumentos posteriores en el nivel del mar, lo que indica que el tsunami puede tener una duración prolongada”, advirtió.
En Isla de Pascua, el registro actual muestra una doble amplitud o altura de aproximadamente 1,2 metros. Además, hay presencia de marejadas, lo que puede dificultar una lectura clara de los datos.
Los tsunamis mantienen bastante bien la energía del terremoto.
Isla de Pascua tiene características morfológicas particulares, por lo que sus registros no siempre son indicativos del impacto en el continente. Cuando el tsunami llega a la costa continental, pueden influir factores locales como la topografía submarina y costera.
“Por ejemplo, en 2011, tras el terremoto de Japón, hubo inundaciones en Dichato y Puerto Viejo. En Dichato, los vecinos comparaban la magnitud con lo vivido en 2010. Las autoridades están monitoreando especialmente zonas que suelen ser afectadas por tsunamis, como Talcahuano y Dichato. Yo creo que en esas zonas podríamos ver efectos más notorios que los registrados en Isla de Pascua”, puntualizó González.