El Hospital del Mar de Barcelona descubrió que debido a los estragos del ictus, el sufrir Covid triplicaría las opciones de sufrir una infección respiratoria.

Un estudio del Hospital del Mar de Barcelona concluyó que haber sufrido algún tipo de ictus aumenta tres veces el riesgo de morir después de tener Covid-19 en pacientes menores de 60 años, y 1,3 veces más en personas de 60 a 80 años.

En un comunicado lanzado este martes, la institución explicó que es el primer estudio poblacional del Estado sobre la relación entre la mortalidad tras sufrir Covid-19 y haber tenido un ictus, “uno de los pocos hechos hasta ahora en el mundo”.

De las 91.629 personas estudiadas, 5.752 (el 6,27%) habían sufrido un ictus antes de la infección, y, de ellas, el 30% murió tras tener Covid-19, frente al 9% de pacientes que murió sin ictus previo.

¿Por qué el ictus aumenta la posibilidad de morir?

Todo indica que el incremento de mortalidad es porque dichos pacientes “sufren un mayor grado de discapacidad derivado del ictus, es decir, tienen, entre otros, problemas de movilidad con lo que, en caso de una infección, es más probable que esta sea más grave a nivel respiratorio, ya que tienen más problemas para ventilar o tragar”, explicó la autora principal, Elisa Cuadrado.

El hospital detectó que el riesgo, “contrariamente a lo que se podía esperar”, es más alto en menores de 60 años, y no es significativo en las personas mayores de 80 años.

Esto se debería a que este grupo ya sufre otras enfermedades crónicas y no se observan diferencias entre hombres y mujeres.

Entre los menores de 60 años el riesgo es cinco veces más alto si se ha sufrido previamente un ictus hemorrágico o una hemorragia subaracnoidal, tres veces más alto en ictus isquémico, y no se ha detectado incremento del riesgo en ictus transitorios.

Una prioridad en la vacunación

El investigador Àngel Ois pidió tener en cuenta el colectivo que ha superado ictus en las políticas de vacunación contra el Covid-19. “Deben ser considerados población de riesgo y priorizados en la planificación”, manifestó.

Por otro lado, el jefe de Neurología del hospital, Jaume Roquer, agregó que “los datos de este estudio son una nueva evidencia de la importancia social y sanitaria de la enfermedad cerebrovascular y de la necesidad de seguir mejorando en la prevención y el tratamiento de esta patología”.