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¿Comunista o no comunista? La caricatura de la derecha

17 julio 2025 | 16:35

Señor director:

El anticomunismo vociferante que algunos repiten como un mantra —que Peña ha calificado con claridad como “tonto, absurdo y estúpido”— revela no solo una falta de argumentos, sino también una profunda incoherencia. Un ejemplo evidente es la figura de la exministra Jeannette Jara, hoy candidata a la presidencia por el mundo progresista.

Para los sectores conservadores —los mismos que defienden con fervor el statu quo de las AFP— Jara es comunista cuando les conviene y “no tanto” cuando les conviene más. Durante la negociación de la reforma de pensiones, se sentaron con ella los grandes defensores del capital: las AFP, los gremios empresariales y la derecha política. ¿Por qué? Porque incluso una reforma moderada les significaba más flujo de recursos, nuevas oportunidades de negocio. En ese contexto, la ideología no importaba: no les incomodaba su militancia ni su trayectoria, porque el cálculo económico les cerraba.

Pero hoy, cuando Jara se perfila como una figura con alta proyección política y potencial presidencial, cuando se vuelve creíble que pueda impulsar una transformación estructural que ponga al centro el bienestar de los trabajadores y no el lucro de los privados, la narrativa cambia. De pronto, para ese mismo sector, ya no es una interlocutora política con la que se puede dialogar: ahora es “comunista, marxista y leninista”, una amenaza que debe ser caricaturizada y desacreditada.

La derecha no tiene un problema con el comunismo. Tiene un problema con cualquier proyecto que amenace su hegemonía económica. Su discurso es un chiste malo: funcional cuando hay plata de por medio, histérico cuando hay justicia social en juego.

Por: Ricardo Burgos Jorquera
Periodista de profesión y Emprendedor por pasión