El 14 de noviembre se conmemorará el Día Mundial de la Diabetes, enfermedad que según la última Encuesta Nacional de Salud (2017), afecta a un 12,3% de los chilenos (cerca de 2,2 millones de personas). De este universo, un 90% padece el Diabetes Tipo 2, que a diferencia de la Tipo 1, sí se puede prevenir y/o retrasar su aparición.

La diabetes es la otra pandemia que tenemos hoy y la mitad de las personas no sabe que la tiene. Se manifiesta de manera “silenciosa”, pero sus consecuencias podrían ser enormes: complicaciones a la vista, riñones, nervios, a la salud cardiovascular, entre muchas otras.

A esto se suma que en Chile el 80% de los pacientes se atiende en el sistema de salud público -donde están las mayores complicaciones-, el cual no cuenta con nuevas terapias y su costo en farmacias es muy elevado.

Ante este escenario, la diabetes se torna tema impostergable para la Salud Pública. Si hacemos políticas a nivel país, podemos lograr que los cambios sean más sustentables y duraderos en los pacientes. Es urgente que se actualicen las canastas de tratamiento garantizadas (hoy con limitación de fármacos seguros y eficaces) y de las guías clínicas de la enfermedad, con una legislación que derive en una Ley Nacional de la Diabetes, que incorpore una visión de Estado respecto de alimentación saludable, acceso a fármacos, tratamientos personalizados e incentivos a la práctica de actividad física.

Cuando los casos de una patología aumentan a cifras catastróficas, el Estado debe hacerse cargo de la situación, sobre todo en un país donde la obesidad -una de las principales causas de diabetes tipo 2- es de las más altas del mundo. En 2011 el Estado estableció la obligatoriedad de los exámenes de VIH para la detección temprana… queremos algo parecido para la diabetes, los pacientes no podemos seguir esperando.

Marcelo González, Director Ejecutivo de Fundación Mi Diabetes.

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