Señor Director:

Casi terminando la “Semana de la Pyme” en nuestro país, vale la pena hacer énfasis en cómo los distintos actores del mercado se pueden “poner la camiseta” y apoyarlas de manera real para que pueda sobrepasar la vara de los tres años de vida en la situación económica actual.

El reciente reporte The State of Global Financial Health Innovation publicado hace algunos días y elaborado por Village Capital, la mayor organización a nivel mundial que apoya startups en etapa temprana, en colaboración con MetLife Foundation, PayPal y Moody’s, analizó durante dos años el estado de salud financiera de personas y dueños de pequeños negocios en regiones de Estados Unidos, Europa, Latinoamérica, el Sur de Asia y Medio Oriente / Norte de África.

Los resultados arrojaron que 70% de los latinoamericanos no tienen una cuenta bancaria y 8 de cada 10 no tiene tarjeta de crédito. Otro dato interesante es que más de la mitad de la fuerza laboral de la región trabaja en el sector informal, es decir, que no cuenta con contratos, seguridad social y ni la estabilidad financiera para recibir un crédito en la banca tradicional, algo que golpea directamente a los dueños de pequeñas y medianas empresas.

Por otra parte, la investigación señala que los pequeños negocios enfrentan varios obstáculos para crecer, como el acceso a financiamiento y a otras herramientas. De hecho, la mayoría de los bancos e instituciones financieras aún consideran a las Pymes como de alto riesgo para financiarlas. Por ello, fijan tasas de interés más altas que las que ofrecen a sus grandes competidores.

El problema sigue siendo el desconocimiento y falta de educación financiera, unido a las altas exigencias del mercado financiero para abrir las puertas de forma equitativa. Es por eso que hoy el desafío está en que las grandes empresas, más allá de las políticas públicas, sean capaces de entender el rol protagónico que pueden tener en el desarrollo del país, reconociendo que, al igual que en las leyes de la naturaleza, la supervivencia del mundo empresarial depende de grandes y chicos.

Sin ir más allá, hoy no solo existe tecnología que permite que millones de pymes puedan enrolarse en plataformas y estar al tanto de su salud financiera, sino que además se han desarrollado sistemas transparentes y sostenibles para darles condiciones de financiamiento justas y equitativas, y así entregarles liquidez; un panorama muy distinto al clásico factoring o entidades bancarias que ponen altas exigencias, burocracia y comprometen, en muchos casos, el patrimonio personal de los dueños de las empresas a través de avales o pagarés.

Si bien Chile cuenta con un prometedor abanico de pymes con exitosas proyecciones, y con potencial incluso de convertirse en futuros unicornios, de nada sirve si no les damos la oportunidad de crecer en sus etapas iniciales o seguimos optando por sistemas que solo ponen más trabas al ecosistema emprendedor, cuando menos recursos tienen para un buen despegue.

Afortunadamente la pandemia ha elevado el nivel de conciencia de muchos empresarios respecto de cuidar a sus proveedores y generar relaciones a largo plazo con ellos, desde una mirada más humana y alejada de los números, pero se necesita más. Es en esa simbiosis donde radica que el sector empresarial en conjunto sea capaz, ahora y en un futuro, de sortear una crisis como la actual.

Felipe Nannig
CEO y fundador de Finmas

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