Los datos de la Casen han dejado en evidencia el impacto de la pandemia en nuestro país, especialmente en la vulnerabilidad en la que miles de familias viven permanentemente, aun cuando se encuentran por sobre la línea de la pobreza. Estos resultados nos muestran lo alejados que estamos como país de un real estado de bienestar y con un robusto sistema de protección social.

De acuerdo a los datos revelados por la Encuesta Casen en pandemia 2020, la pobreza no extrema llega a un 10,8% de la población, retrocediendo 5 años, y la extrema pobreza aumentó pasando de 2,3% a 4,3% superando las 800 mil personas bajo esa condición, es decir, este número importante de personas no cuentan con los recursos para satisfacer una canasta básica de alimentos.

Los datos que hoy tenemos, nos hacen un llamado a tomar medidas urgentes que permitan la reactivación del empleo, además de repensar y diseñar diversas medidas de apoyo desde el Estado a las familias en situación de pobreza. Pero por, sobre todo, nos plantean el desafío de actuar y trabajar colaborativamente para la superación de la pobreza desde un enfoque de derechos humanos, poniendo el bienestar de las familias en el centro y haciéndonos cargo del hecho de que las personas al ubicarse por sobre la línea de la pobreza, no necesariamente se encuentran alejadas de la situación de vulnerabilidad.

Estos datos llegan en un momento histórico desde el punto de vista político y social de nuestro país, donde la ciudadanía se encuentra demandando transformaciones profundas a través de la redacción de una nueva constitución, en la cual los derechos sociales (Salud, educación, vivienda, trabajo y seguridad social) han cobrado un protagonismo fundamental en esta discusión y nuevas definiciones.

Debemos avanzar en lograr una estructura que garantice los derechos sociales, entendiendo que son determinantes claves para asegurar el bienestar de todos y todas. La pobreza no solo está determinada por ingresos, sino también por el acceso y goce de las personas a servicios y derechos fundamentales. Por lo tanto, hoy tenemos una gran oportunidad como país de abordar de manera profunda y transformadora la superación de la pobreza e instalar en el centro de la conversación y acciones el bienestar de las personas y familias, para que, ante futuras crisis como la que hoy vivimos, no tengamos un retroceso en torno a la pobreza y podamos enfrentarlas desde un estado de bienestar.

Nicole Romo
Directora Social
Comunidad de Organizaciones Solidarias

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