Evelyn Matthei | Agencia UNO

No todo vale

23 julio 2025 | 09:20

El proceso importa tanto como el resultado.

Elegir a la persona que conducirá el destino del país, es ejercer uno de los actos más trascendentes que existe en democracia: votar. No obstante, aún queda un importante camino que transitar para llegar a esa decisiva jornada de elecciones presidenciales.

Durante ese trayecto hacia el 16 de noviembre, también se deben entregar señales significativas. Porque, más allá de los resultados, análisis y proyecciones de las encuestas semanales, debemos ser capaces de profundizar acerca de qué tipo de debate político estamos dispuestos a construir, tolerar, fomentar y legar como sociedad.

Los candidatos —de la A a la Z— deben estar dispuestos (y disponibles) para generar y participar en espacios constructivos que prioricen la grandeza de las ideas por sobre una cuestionable guerra de trinchera que algunos sectores han intentado instalar.

Quiero creer —con la mayor convicción— que gran parte del espectro político sabe que la discusión debe estar alejada de la denostación malintencionada, de la caricatura simplista, de la descalificación personal y, sobre todo, del incorrecto, desafortunado y reprochable uso de diagnósticos médicos al azar, sin medir ningún tipo de consecuencias, ante la falta de propuestas propias.

Lee también...
El fatal error de Kast Lunes 21 Julio, 2025 | 08:53

El proceso importa tanto como el resultado

En este contexto, resulta profundamente lamentable y condenable el uso que se le dio a la enfermedad de Alzheimer como un argumento que buscaba deslegitimar la candidatura de Evelyn Matthei. ¿Existen diferencias políticas en una elección presidencial? Por supuesto que sí. Así debe ser. Pero lo que no es tolerable es que se recurra a insinuaciones o burlas relacionadas con condiciones médicas para desacreditar a un adversario.

Este tipo de prácticas no solo vulnera la propia dignidad de una persona, sino que además estigmatiza a miles de pacientes y a sus familias que conviven día a día con esta compleja enfermedad.

Transformar la salud en un arma electoral no solo degrada el debate político, sino que también puede generar un lamentable punto de no retorno. Es urgente que, como sociedad, pongamos un límite claro a estos métodos, y que los liderazgos políticos deliberen colectivamente sobre el país que queremos construir como parte central de todo esta instancia electoral.

El proceso importa tanto como el resultado. Chile necesita una elección democrática y limpia, con debates de calidad y respeto por las diferencias. Solo así podremos continuar fortaleciendo nuestras instituciones y mantener en alto nuestra invaluable legitimidad democrática.