La alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, recurrió a la Fiscalía Nacional Económica (FNE) para denunciar a las aplicaciones de delivery, sector también conocido como de “última milla”.

A juicio de la jefa comunal, apps como PedidosYa, Rappi o UberEats transgreden la libre competencia y ponen en riesgo al comercio tradicional.

Según informó El Mercurio, la denuncia habla de integración vertical, o sea, que reúne varias funciones para sí.

En particular, Matthei apunta contra PedidosYa que instaló en la comuna una “tienda oscura” para la comercialización de productos que suelen comprarse en supermercados.

“Existen indicios de que estas aplicaciones han iniciado la habilitación de cocinas para preparar alimentos y así ofrecerlos a sus clientes, con evidentes ventajas al controlar la cadena de distribución de los bienes y servicios”, agregó la autoridad al citado medio.

También apuntó contra Rappi por instalar una bodega de alcohol, la que fue clausurada: “tenían una bodega de vinos y alcohol, pero no tenían ninguna patente”.

Junto con ello, apuntó a que las aplicaciones tienen bases de datos sobre qué consumen sus clientes, lo que puede ser peligroso en materia competitiva pensando en los negocios tradicionales.

“Las apps de delivery conocen los patrones de consumo de la gente a la que llevan productos. Por ejemplo, saben qué personas utilizan la plataforma para compra de medicamentos, comida, etc. También saben sus gustos de comidas preparadas, días en que piden productos del supermercado. A lo que se suman datos básicos, como nombre, dirección, teléfono, entre otros”, agregó.

Proteger el comercio tradicional

Matthei añadió a El Mercurio que la denuncia “no apunta a ninguna empresa en particular, sino que solamente a la actividad de delivery. Lo que señalamos es que la información de mercado los pone en una posición donde pueden dejar fuera de competencia al comercio tradicional“.

A su juicio, ese tipo de locales comerciales pueden verse vulnerables a las condiciones que las mismas apps pueden fijar y que podrían llegar incluso a establecer cuotas de participación en el mercado.

Por esto, se apunta a indagar si estas herramientas tecnológicas pueden afectar el normal funcionamiento del comercio detallista y gastronómico.

“(El delivery) es algo que llegó para quedarse, y no tenemos ningún problema con eso. El tema es que no puede ser a costa del comercio tradicional, ni la salud, ni los espacios públicos -que a veces usan como baño-. Hay una serie de cosas que queremos regular en este sentido”, aseveró Matthei.