“Hasta el momento no nos han dado ninguna explicación, informe, ficha clínica, nada de cómo murió mi mamá, nada más que la cuenta... y es muy difícil cerrar un proceso tan doloroso sin respuestas, genera mucha rabia e impotencia”.

Lo anterior son palabras de Verónica Sepúlveda, químico farmacéutica e hija de Isabel Calderón, mujer de 89 años que el pasado 5 de abril falleció en las dependencias de la residencia para adultos mayores Acalis Montahue, ubicada en San Pedro de la Paz, región del Bío Bío.

La familia, en voz de Verónica, dio cuenta del hecho que los ha afectado fuertemente, acusando ciertas negligencias en el proceso que, consideran, no pueden quedar ocultas. Por su parte, la empresa asegura que han estado presentes con la familia, entregando toda la ayuda adicional que requieran para acompañarles en un momento como este.

Jueves 1 de abril de 2021

Verónica llamó a su madre para saber cómo estaba y conversar con ella. Durante la conversación, la Sra. Isabel comenzó a entregarle detalles de un hecho que despertaría preocupación en su hija. “Ella me decía que su vecino de habitación había hecho destrozos en la pieza. Luego de eso, ella me termina diciendo que el vecino había destruido la pieza de ella y en ese momento mientras hablábamos comenzó a gritar pidiendo auxilio”, dijo a BioBioChile.

Al escuchar los gritos, una tens empleada del lugar acudió a la habitación para contener a la adulta mayor, tomando el teléfono para conversar con Verónica. En ese instante le comentó que Isabel hace días había tenido cambios notorios, indicando que gritaba y no dormía durante las noches.

“Entonces me confirma que en la mañana la encontraron en el suelo, con la pieza desarmada, una mesa en el suelo y una lampara botada. Entonces me pregunto ¿cómo durante la noche nadie sintió el ruido y la encuentran en la mañana con heridas en la pierna, y nadie nos informó? Entonces me entero que durante fines de semana y festivos no hay enfermeras, sólo tens, y que además a mi madre no se le estaba administrando quetiapina, el medicamento que ayudaría a calmar su mal dormir”, relató Verónica.

Por su parte, Mario Riveros, jefe de Asuntos Públicos de Acalis, explicó que si alguien se cae en el recinto hay un protocolo y un sistema de registro que es obligatorio completar. “Por eso sabemos que sí se avisó de este evento a la apoderada, y que este aviso lo hizo nuestra enfermera jefe. Esa llamada incluyó el evento, las medidas que tomamos y las necesidades que se generaron a raíz de este hecho”.

Riveros se excusó de explicar con mayor profundidad, argumentando que están impedidos de detallar la situación por la legislación que protege los datos personales y de salud de los residentes.

Según narró Verónica, al momento de ingresar a su madre al recinto en febrero, ella y sus hermanas hicieron llegar a los empleados del lugar una receta entregada por un neurólogo. En ésta se especificaba que la Sra. Isabel debía consumir quetiapina, medicamento que calmaría su insomnio y permitiría disminuir alteraciones en su comportamiento.

Sin embargo, ese jueves 1 de abril desde el recinto le informaron que no le estaban administrando el remedio.

“Al entregar la receta se supone que queda registrada en la ficha clínica que se le debe administrar ese medicamento”, enfatizó la hija.

Desde Acalis aseguran que los hechos no son como se plantean. “Tenemos la convicción y seguridad de que todos los tratamientos, toda la medicación y todas las necesidades vitales de nuestros residentes se ajustan a las pautas que nos entregan las familias al ingreso, y los médicos en el tiempo. Todo esto se registra, se informa a los apoderados cuando hay cambios por orden médica, y se incluye en registros que la autoridad inspecciona”.

Según detallan, Acalis audita de manera periódica sus procesos, incluyendo la administración de medicamentos. Y, para seguridad adicional, los residentes son visitados por personal médico, que los ausculta. “Todo esto ocurrió en el caso que nos señalan” afirman.

Viernes 2 de abril

Al otro día, Verónica consiguió comunicarse con la enfermera a cargo, luego de pedir su número para recibir información. Preguntó por la administración del ya mencionado medicamento, puesto que les habían avisado que la Sra. Isabel no estaba durmiendo y no les habían dicho nada anteriormente sobre eso ni sobre la caída. Fue entonces que la funcionaria confirmó que al mirar la ficha de Isabel Calderón, en ninguna parte aparece indicado el fármaco.

“Yo pregunto cómo es posible, porque la receta se envió y tenemos pruebas de eso, se supone que se constató en la ficha”, cuestionó Verónica.

Tras esto, se contactaron con la enfermera y le enviaron la receta por WhatsApp, para que pudieran dar la orden a las tens y así administrar el medicamento. “Creemos que fue una negligencia grave, porque la caída que tuvo mi mamá fue producto de eso”, aseguró.

Desde la residencia de adultos mayores indicaron que por la misma legislación que resguarda la privacidad de residentes no pueden informar ni medicamentos, ni tratamientos, ni dolencias o enfermedades de sus residentes a terceros, que no sean el apoderado, personal médico o autoridades, y por esta razón no pueden enviar material que documente su versión.

Pero aseguran que “esto mismo es evaluado por los médicos y por los mismos familiares quienes, como tradicionalmente ocurre en Chile, en su mayoría proveen los medicamentos para sus seres queridos. Como cada residente tiene su propio gabinete de medicamentación, una inconsistencia se notaría al menos una vez al mes, pues sobrarían dosis“, fundamentaron.

La mujer continuó su relato y agregó que “además, la semana anterior habíamos recibido un correo informándonos que había 4 casos de covid en residentes y 4 en funcionarios. Considerando que estaban todos en cuarentena (nosotros no veíamos a mi mamá desde hace un mes) quiere decir que la única forma de contagio fue por funcionarios. Producto de no tomar el medicamento y descompensarse en las noches, mi mamá necesitó mucha más contención de ellos, y suponemos que eso hizo que ella fuera la única contagiada de covid en el piso 3”.

Sin embargo, Acalis sostiene que las medidas extraordinarias que han implementado en coordinación con el Gobierno y las sociedades científicas les ha permitido, como sector, tener uno de los mejores desempeños en cuanto a muertes y contagios del planeta, hasta ocho veces por debajo de lo ocurrido en países del primer mundo.

Y aseguran que “aunque cumplimos con lo que exige la norma, nuestros protocolos y las recomendaciones del Minsal, impedir el contagio en un contexto de muy alta circulación viral es una tarea prácticamente imposible, por lo que nuestro trabajo se ha enfocado en dar transparencia, pues eso también nos da seguridad a nosotros y a nuestros apoderados sobre lo que está pasando”.

Luego de esto, la enfermera ordenó que le den la quetiapina y el mismo viernes se tomaron los PCR. Como era de urgencia, se indicó que el resultado debía estar en menos de 24 horas.

Sábado 3 de abril

El día sábado la enfermera a cargo le informó a Marisol Sepúlveda -segunda apoderada de Isabel- que su madre había arrojado resultado positivo por covid-19. Además, se enteraron que ya no podía controlar esfínter y que no era capaz de comer sola, extrañándoles que esto sucediera, ya que la describían como una persona muy activa.

“Ahora que sabemos todo, claramente eso era por el covid. Haciendo el retroceso de la historia, es muy probable que ellos ya se hubieran dado cuenta que estaba con algunos síntomas. Nosotros sabíamos que si a mi mamá le daba covid era muy difícil que pudiera sobrevivir, entonces dijimos: ‘bueno, lo que se viene’. Pensando que si le había dado positivo recién, era porque ya tenía contagio desde hace días, pero nunca pensamos que sería tan rápido”, manifestó Verónica durante la entrevista.

Domingo 4 de abril

Durante el domingo y después de varias complicaciones se comunicaron con Isabel, sólo para confirmar que su estado de salud seguía empeorando.

Verónica señaló a BioBioChile que “después de muchos intentos pudimos comunicarnos. Mis dos hermanas hablaron primero y las dos me comentaron que mi mamá estaba mal y con síntomas. Yo fui la última en hablar con ella y estaba sentada porque en esa posición podía respirar mejor, muy desesperada y me decía ‘algo está mal’”.

Lunes 5 de abril

“El lunes le avisan a mi hermana que mi madre había fallecido. No sé cómo explicar la tristeza más grande de la vida. No nos dieron una condolencia como institución, la única que lloraba por teléfono era la pobre enfermera porque ella fue quien encontró a mi mamá, no sabemos en qué condiciones murió, no hubo condolencia ni explicación, lo único que nos llegó fue la cuenta”, manifestó la hija de la víctima.

Verónica relató que el gerente nuevo las llamó varios días más tarde. “Tal vez una semana después, él asumió su cargo justo cuando fallece mi mamá y me pidió disculpas, y me dio sus condolencias. Yo le dije que me lo tomaba a título personal de su parte, pero no como Acalis”.

Por su parte, el jefe de Asuntos Públicos de la empresa detalló que tal como está estipulado en el contrato que firman las familias al ingreso, pero también como indica la ley y normas a las que están sujetos como institución, todo hecho relevante de ser comunicado se informa directamente a la persona que ha sido designada como apoderado de los residentes.

“En este caso el aviso se hizo por vía telefónica y lo realizó quien nuestro protocolo interno indica que debe hacer ese tipo de comunicaciones, que es nuestra enfermera jefe de la residencia. Es quien maneja además el estado de salud de nuestros residentes y quien está capacitada, por su formación y oficio, para informar debidamente el evento, sus consecuencias y anticipar un pronóstico sobre este”, especificó Riveros.

Según explicó, el gerente no realiza ni la emisión de las cuentas de apoderados, ni su cobranza, sino que estas se emiten de manera automática a través del sistema, Sigam. Una vez que se notifica a este sistema el egreso de una persona, éste emite una cuenta, la que se notifica de manera automática al apoderado.

“Esto en ningún caso es una cobranza, sino que es una información que, en general, es muy bien recibida por los apoderados” aseguró Mario Riveros, quien añade que “es posible, sin duda, tomarse a mal este procedimiento”.

Falta de personal

Verónica comentó que antes su madre ya les había dicho que cuando llamaba a alguien por ayuda se demoraban mucho en asistirla “y pensando ahora nosotras creemos que es porque no había personal, sumando el episodio de la caída”. Además, la químico farmacéutico indicó que por normativa se exige en todas las residencias de ancianos que haya una enfermera de punto fijo por cada 50 residentes, las 24 horas del día.

Mario Riveros planteó que “están equivocados, lo que es entendible, pues la suma no se hace fácil. En todo caso, es imposible que trabajemos con una sola enfermera para 79 personas, básicamente porque está prohibido”.

Y aseguró que la cantidad de personal para los establecimientos como Acalis está definido en el Decreto 14 de 2010, un reglamento que establece la cantidad de personas de atención directa para los residentes, tanto en horario diurno como nocturno, en función de su nivel de dependencia

De acuerdo con esta norma, la Residencia de Montahue actualmente cuenta con 20 residentes autovalentes, 21 con dependencia leve o moderada y 35 con dependencia física o psíquica severa. Según indicó la empresa deberían contar con: 1 auxiliar de enfermería y 10 cuidadores para el turno de día, y 8 cuidadores para el turno de noche.

Desde Acalis aseguraron que en la Residencia Acalis Montahue, actualmente cuentan con 2 enfermeras, 6 auxiliares de enfermería, 7 cuidadoras, además de terapeuta ocupacional, kinesiólogo, nutricionista y el apoyo de médico 4 horas semanales en el turno de día, mientras que en la noche hay 1 enfermera, 5 auxiliares de enfermería y 3 cuidadoras.

Punto de neutralidad

Sobre esto, desde el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), la coordinadora regional, Sigrid Ramírez, indicó que todo lo que tenga que ver con el personal que debería tener un Establecimiento de larga Estadía para Adultos Mayores, va a depender de la cantidad de residentes.

“Esto lo rige el decreto 14 y aparece cuántos debieran ser los funcionarios por la cantidad de adultos mayores, pero va a depender del grado de dependencia que tenga el adulto mayor, es decir, si son personas que están postradas requieren un mayor personal a que fueran personas autovalentes, entonces va a depender de la condición de salud de los adultos mayores del establecimiento” sentenció Ramírez.

Además, la coordinadora de Senama aseguró que ellos realizan un seguimiento diario a todos los establecimientos para que cumplan los protocolos, y de esta forma ayudan a la Seremi de Salud a fiscalizar el cumplimiento de esto.

También, agregó que Acalis es un establecimiento de larga estadía particular, así que no es un establecimiento al que ellos como servicio le entreguen recursos o que sea subsidiado por Senama. “Por lo tanto los protocolos o las indicaciones que ellos tengan son propios. Por supuesto que hay protocolos de Seremi de Salud que deben seguir, pero respecto a la información o como se manejan ellos en forma interna, por ser establecimiento particular nosotros no podemos interferir”.

Sigrid Ramírez aseguró que “tenemos muy buena comunicación con los 64 Eleam de la región y obviamente me pondré en contacto para consultar qué sucedió”.

Para la familia Sepúlveda Calderón, en voz de Verónica, “lo principal es dignificar la muerte de mi madre y que a nadie le vuelva a ocurrir lo que nos pasó a nosotros. Creemos que los adultos mayores no son un bien de mercado ni un bulto que llega a un centro de residencia. No digo que así sean tratados en este lugar, pero en muchos otros casos terminan siendo un negocio simplemente y se pierde el foco”.