La Corte Suprema decidió que la abuela materna de una niña kawéskar, que se encontraba en un hogar de Punta Arenas, está habilitada para cuidarla y criarla.

Luego de más de tres años de luchas judiciales, la orden del máximo tribunal revocó la sentencia del Juzgado de Familia de la comuna, que establecía que la menor fuese puesta en adopción.

“Vulnerada en sus derechos”

Los hechos son los siguientes. En octubre de 2018 el Tribunal de Familia determinó que la niña era susceptible de ser adoptada debido a que “fue gravemente vulnerada en sus derechos”.

En su sentencia, el tribunal señaló que la madre “se encuentra absolutamente inhabilitada para brindarle los cuidados”, ya que fue condenada a 10 años de cárcel por robo y otra de sus hijas habría sufrido abusos sexuales.

Cuando la menor tenía un año (actualmente tiene 5), se determinó que quedase bajo los cuidados de su abuela. Sin embargo, sólo duraría tres meses; aunque era monitoreada por programas de intervención, la menor fue enviada a una residencia debido a que presentaba problemas de nutrición y “una vinculación poco afectiva de su abuela”.

Un año después la niña regresó a los brazos de su madre. Sin embargo, tres meses después volvió a la residencia de menores debido a que su progenitora comenzó a cumplir arresto nocturno por no pagar la pensión alimenticia de otros tres hijos.

En noviembre de 2017, el Juzgado de Familia decidió estudiar la susceptibilidad de adopción. Los informes psicológicos fueron desfavorables para la madre. Además el tribunal desestimó su arraigo con la cultura kawéskar.

No fue ese el caso de la abuela. A pesar de que cuestionaron sus habilidades de contención, “presenta un sentido de identificación con la etnia kawéskar, toda vez que se ha desarrollado en dicho contexto en su infancia y ha procurado el traspaso de la lengua”.

Pese a lo anterior, el Juzgado de Familia decidió quitar la custodia de la menor a la familia. “La madre y la abuela de la niña han vulnerado históricamente los derechos de sus hijos y nietos”, decretaron.

La búsqueda por anular la sentencia

Ello motivó a que la familia presentase un recurso ante la Corte Suprema para anular la sentencia. El argumento central fue que la justicia magallánica ignoró la ascendencia indígena de la niña. “Por su bajo número, los kawéskar están próximos a su extinción, por lo que el análisis debía ser más profundo y permitir la participación de la comunidad afectada”, señala el recurso.

Aunque el máximo tribunal ignoró el recurso de la madre, decidió acoger lo interpuesto por la abuela de la menor. De acuerdo con el fallo de la Cuarta Sala, la adopción es el último recurso y ella sí tiene las habilidades físicas y morales para asumir los cuidados de la niña.

“Lo relevante de este fallo es que la Corte Suprema reconoce el derecho de los padres, y en este caso de la abuela, a poder vivir junto con su nieta”, dijo el abogado patrocinante, Juan José Arcos.