Fue a fines de marzo de este año cuando el cardenal Francisco Javier Errázuriz llegó hasta el Centro de Justicia a prestar declaración en calidad de imputado por eventual encubrimiento de abusos sexuales.

Ayer, cerca de seis meses después, reapareció en una misa en la iglesia San Francisco, en el marco de la llegada de la Virgen de Fátima a Chile, y, como es habitual en sus reapariciones, lo hizo en medio de críticas.

Se retiró caminando y reaccionó molesto ante las consultas, pero de forma escueta respondió sobre los cuestionamientos en su contra, descartando encubrimiento de abusos sexuales.

Pero además defendió al arzobispo emérito de La Serena, Bernardino Piñera, desacreditando la denuncia por abuso sexual que es investigada en contra del tío del presidente Sebastián Piñera. Lo describió como un “maravilloso sacerdote”.

Uno de los denunciantes de Fernando Karadima, y querellante de Errázuriz, Juan Carlos Cruz, dijo que el cardenal intenta siempre lavar su imagen. Cuestionó su respaldo a Bernardino Piñera.

El vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Helmut Kramer, consideró que su reaparición en misas es un insulto a las víctimas y sobrevivientes de abusos sexuales.

Paralelamente, en otro caso relativo a la iglesia, la Provincia Mercedaria de Chile informó que recibieron una denuncia por abuso sexual en contra del sacerdote fray Ramón Eugenio Coo Baeza, fallecido el año 1991, impulsor de la Capellanía Nacional de Gendarmería.

Según el relato entregado por la víctima, los hechos denunciados habrían iniciado cuando tenía 18 años, y se extendieron entre 1979 y 1981. “Como Provincia Mercedaria hemos iniciado una indagación exhaustiva la que estará a cargo del abogado externo Ignacio Andrés González”, dice el comunicado.

Los mercedarios aseguraron haber acogido al denunciante manifestando cercanía y solidaridad. A partir de ello se ha brindado apoyo sicológico a la víctima, y se entregaron todos los antecedentes a la Fiscalía.