Un estudio demostró que las madres del país entendieron y percibieron de mejor manera los beneficios de las nuevas políticas chilenas de etiquetados de alimentos, relacionadas al combate de la obesidad infantil.

La investigación, realizada por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), la Universidad Diego Portales (UDP) y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte (UNC), mostró un gran progreso en los hábitos de consumo de las familias chilenas.

Una de las principales causas sería que la Ley de Etiquetados causó un cambio positivo en las madres, quienes son las que tienen más probabilidades de comprar los alimentos familiares. El estudio indica que las madres “reconocieron que los productos con la mayor cantidad de etiquetas eran opciones menos saludables”.

Por lo anterior, la situación influyó de buena forma en los hábitos de consumo de los escolares.

Teresa Correa, docente de la UDP y autora principal del estudio, señaló que “muchas madres percibieron un cambio cultural hacia una alimentación saludable, ya que recibieron mensajes de los medios de comunicación y de los colegios”.

Es por esto que muchos de los escolares están pidiendo los alimentos con menos sellos, los que son fáciles de distinguir, favoreciendo a las madres a diferenciar entre los más saludables y los menos saludables.

Por su parte, la investigadora de UNC, Lindsey Smith, recalcó que “la ley de Chile sobre etiquetado y marketing fue la primera de su tipo en todo el mundo. Muchos países están siguiendo el ejemplo de Chile y han introducido etiquetas de advertencia similares en el frente de los paquetes de alimentos y bebidas no saludables (…) Quizás lo más importante es que los niños son los impulsores clave para cambiar las normas sociales y los comportamientos después de la ley”.

La normativa que regula los Etiquetados fue implementada en 2016 y busca alertar a la población chilena respecto a la información nutricional de los productos. Un año después del anuncio de la ley, el equipo de investigadores consultó a 84 madres de niños en edades de 2 a 14 años, para desarrollar el estudio.