El miércoles se concretó la sesión de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, instancia a la cual estuvieron convocados el ministro de Defensa, Alberto Espina; y el comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez.

En la instancia, el titular de la institución fue encarado por el diputado Leonidas Romero (RN), quien le solicitó al jefe del ministerio que lo removiera de su cargo en base a que su actuar y trabajo son deficientes.

En su opinión, su liderazgo le genera daño al Ejército, rama que no está conduciendo adecuadamente.

No obstante, Espina reiteró que Martínez cuenta con la confianza del Gobierno para seguir al mando, pero admitió que todas las autoridades están en evaluación permanente.

Tras ello, vino la exposición de Martínez, quien aseguró -entre otras cosas- que en las últimas semanas han aumentados los mensajes anónimos en su contra, revelando que no sabe si son de funcionarios activos o en retiro.

Además, tildó la filtración de sus dichos en el Aula Magna de la Escuela Militar, con respecto al sistema de pensiones de las Fuerzas Armadas y la posible venta de armamento militar al narcotráfico, como una falta al Código de Justicia Militar.

Pese a ello, descartó “un ruido de sables” e indicó que sus dichos ante sus subalternos no constituyen ninguna ilegalidad.

Por su parte, el presidente de la comisión, Manuel Matta (DC), señaló que no le corresponde a los parlamentarios pedir renuncias, ya que, en definitiva, tal decisión le corresponde al Gobierno.

A propósito de los mensajes anónimos, Matta les bajó el perfil y apoyó a Martínez.

El jefe del Ejército también recibió otras opiniones favorables a su labor, como la de Marcelo Schilling (PS), quien dijo que su trabajo es correcto.

También lo respaldó Guillermo Teillier (PC), quien señaló que la polémica no da para renuncia y que, a su juicio, se están haciendo bien las cosas.