La oposición en el archipiélago tanzano de Zanzíbar anunció este martes la detención de su jefe y acusó a la policía de haber matado a nueve personas a balazos, en disturbios en vísperas de las elecciones generales de Tanzania.

Las fuerzas de seguridad y los miembros de la comisión electoral comenzaron a votar en forma anticipada el martes, un día antes de los comicios de que se celebran el miércoles para elegir presidente y diputados.

Además, los electores de Zanzíbar, que tiene su propio gobierno y parlamento, eligen también al presidente y los diputados del archipiélago semiautónomo.

La oposición de Zanzíbar denuncia que ese voto adelantado es una estratagema para hacer un fraude electoral.

Los enfrentamientos en la isla de Pemba, feudo de la oposición, estallaron el lunes por la noche cuando el ejército distribuyó papeletas de voto (que incluyen el conjunto de los candidatos, ndlr), que según los opositores estaban ya marcadas.

El portavoz del partido ACT-Wazalendo (Alianza por el Cambio y la Transparencia – Patriotas), Abedi Jamis Bakar, afirmó a la AFP que nueve personas murieron por la noche por disparos de la policía.

El partido informó en un primer momento tres personas muertas y de otras nueve heridas.

En Dar es Salaam, el jefe de la policía tanzana, Simon Sirro, anunció que 42 personas fueron detenidas en Pemba, pero que no se registró “ningún muerto”.

El balance no pudo ser confirmado a través de fuentes independientes. El familiar de una mujer muerta afirmó, sin querer revelar su identidad, que “hombres armados apuntaron y dispararon” en su dirección, cuando estaban sentados por la noche en la puerta de una tienda.

Según ese testigo, tres personas, entre ella su pariente, murieron y 18 resultaron heridas.

En la isla principal, Bardanza, la policía lanzó granadas lacrimógenas y abrió fuego con balas reales en Garagara, un bastión de la oposición, constató un periodista de la AFP.

Poco después, el candidato de ACT-Wazalendo, Seif Sharif Hamad, que se presenta por sexta vez a la presidencia de Bardanza, “fue detenido” por la policía frente a un centro de votación en Garagara, donde había anunciado su deseo de votar este mismo martes, anunció su partido en Twitter.

Interrogado por la AFP, el jefe de la policía de Zanzíbar, Hassan Haji, se negó a comentar esas informaciones.

“Morir por Zanzíbar”

En su comunicado, ACT-Wazalendo llamó a “la comunidad internacional y regional persuadir a los gobiernos de Tanzania y Bardanza a permitir elecciones libres y justas, sin violencia y sin intimidación”.

El embajador estadounidense Donald Wright dijo en su cuenta Twitter estar “alarmado por las informaciones procedentes de Zanzíbar y otras partes sobre violencia, muertes y detenciones”.

El ejército y la policía están masivamente desplegados en las dos islas del archipiélago, Bardanza y Pemba.

Tanganika, independiente desde 1961, y Bardanza se unieron con la independencia del archipiélago en 1964 para formar Tanzania.

Las tensiones políticas, que con frecuencia degeneran en violencia, son habitualmente más intensas en Bardanza que en la parte continental Tanzania, país considerado un refugio de estabilidad en el convulsionado este de África.

Tanzania, al igual que las instituciones de Bardanza, están dirigidas desde entonces por Chama Cha Mapinduzi (CCM), que fue el partido único hasta 1992.

En 2016, todas las elecciones en Bardanza, entre ellas la presidencial local que el opositor Seif Sharif Hamad declaró haber ganado, fueron anuladas por “fraude” por la comisión electoral. Hamad se negó a participar de los nuevos comicios.

En enero de 2001, al menos 30 personas murieron en Bardanza en enfrentamientos entre la policía y partidarios de la oposición que cuestionaban los resultados de las elecciones.

El presidente John Magufuli, de 60 años y apodado el “Bulldozer”, busca un segundo mandato en Tanzania el miércoles, tras cinco años en el poder marcados por la represión de la oposición y de las libertades.

Entre los 15 candidatos, su principal rival será el líder del partido opositor Chadema, Tundu Lissu, de 52 años, quien regresó al país en julio después de tres años en el exilio, en los que recibió tratamiento por las 16 heridas de bala sufridas en 2017 en lo que califica de intento de asesinato por motivos políticos.