La defensora de los derechos de los indios inuit, Mary Simon, que juró el lunes como trigésima gobernadora general de Canadá, es la primera mujer indígena en ocupar el cargo, en medio de un ajuste de cuentas con la historia colonial de la nación norteamericana.

“Me siento honrada, humilde y lista para ser la primera gobernadora general indígena de Canadá”, expresó Simon en su primer discurso oficial en una ceremonia en el Senado con sede Ottawa.

“Me esforzaré por construir puentes entre los diversos orígenes y culturas que reflejan la singularidad y la promesa de nuestro gran país”, agregó la mujer de 74 años, quien se convierte en la representante oficial de la reina Isabel II de Gran Bretaña en Canadá.

Se comprometió a reunirse con canadienses en todas las provincias y territorios para “aprender de primera mano a qué se enfrenta la gente”.

Simon juró el cargo en una ceremonia que contó con la actuación de artistas indígenas. Originaria de Nunavik, una región del norte de Quebec, Simon, que habla inglés e inuktitut con fluidez, se comprometió a aprender bien el francés, que es lengua oficial en Canadá junto con el inglés.

Apenas 44 personas fueron invitadas al acto debido a la pandemia del coronavirus, cuando tradicionalmente concurren varios cientos. Estuvieron presentes su esposo y el primer ministro, Justin Trudeau.

En su discurso, Simon también abogó por la defensa del medio ambiente y la reconciliación con los pueblos indígenas.

“Durante muchos años, Canadá ha experimentado un nivel desproporcionado de impactos por el cambio climático porque el Ártico se está calentando más rápido que casi cualquier otro lugar del planeta”, justificó.

Simon, experiodista y expresidente de la organización Inuit Tapiriit Kanatami, se entrevistó con la Reina Isabel II la semana pasada en una videoconferencia.

“Necesitamos personas como la Sra. Simon, porque necesitamos personas que construyan puentes y nos unan”, resaltó por su parte Trudeau.

Su nombramiento por cinco años como representante virreinal, responsable de dar el asentimiento real o ejecutar actos aprobados por el Parlamento y encabezar las Fuerzas Armadas de Canadá, llega en un período difícil en las relaciones del país con las denominadas Primeras Naciones aborígenes.

El reciente descubrimiento de más de 1.000 tumbas sin identificar en antiguos internados indígenas convulsionó a Canadá, provocando ira y dolor en las comunidades nativas.

Hasta la década de 1990, unos 150.000 jóvenes indígenas y mestizos fueron internados por la fuerza en 139 escuelas residenciales administradas por la Iglesia católica en nombre del gobierno canadiense. Más de 4.000 estudiantes murieron por enfermedades y actos de negligencia.