El precio del pan sube rápidamente en el Medio Oriente, debido a la guerra en Ucrania. En el pasado, tales alzas condujeron a violentas protestas en la región.

Las protestas ya comienzan, generando un ambiente similar al de la llamada Primavera Árabe en diferentes zonas del Medio Oriente.

La semana pasada, cientos de personas se manifestaron en Nasiriyah, en el sur de Irak, contra el aumento de los precios del pan y el aceite de cocina, entre otros productos.

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, los bienes importados desde allí han subido hasta un 50% en Irak.

También esta semana, miles de sudaneses se manifestaron contra el Gobierno y el alza del precio del pan, que también allí se elevó en un 50 por ciento.

Estas alzas son consecuencia de la invasión rusa a Ucrania, uno de los principales productores de trigo y el mayor exportador de aceites de semillas.

Cerca de la mitad del trigo ucraniano se destina al Medio Oriente. Rusia, que ha invadido a su vecino, es el mayor exportador mundial de trigo. La inestabilidad que produce la guerra ha elevado los precios en un 50 por ciento en el último mes, a un máximo de casi tres lustros.

¿Una segunda Primavera Árabe en Medio Oriente?: alza de precios y protestas por la guerra en Ucrania
Archivo | DW

Impacto social

El pan es un alimento básico en el Medio Oriente. Investigaciones indican que, dependiendo del país, el pan y los cereales componen hasta la mitad de la dieta de la población de la región. En comparación, constituyen un 25 por ciento en la dieta promedio europea.

“En estos países, el pan asequible para el grueso de la población trabajadora es parte del contrato social”, afirma Michaël Tanchum, analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, especialista en economía política del Medio Oriente y África. Muchos países del área subvencionan el pan para familias de bajos ingresos.

¿Una segunda Primavera Árabe en Medio Oriente?: alza de precios y protestas por la guerra en Ucrania
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En el pasado, las alzas del precio del pan han sido catalizadoras de cambios políticos en la región. Egipto, por ejemplo, tiene un historial de revueltas por este motivo. En 2011, durante la “Primavera Árabe”, una consigna popular de los manifestantes fue “pan, libertad y justicia social”.

Investigadores de las causas de las protestas que cambiaron el panorama político en la región en 2011, concluyeron que los altos precios de los alimentos y la inseguridad alimentaria, a menudo debida al cambio climático, tuvieron un papel en el descontento de la población con sus líderes autoritarios.

Y el fenómeno prosiguió: en 2019, el presidente de Sudán, Omar al-Bashir, fue derrocado tras protestas que comenzaron cuando el precio del pan se triplicó.

Nueva realidad política

“Entre el aumento de los precios de la energía y el alza de los alimentos, la crisis en Ucrania podría generar nuevas protestas e inestabilidad en muchos países del Cercano y el Medio Oriente”, indicaron en febrero analistas del Instituto del Medio Oriente, con sede en Washington. Pero, ¿volverán a provocar cambios políticos radicales?

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El Banco Mundial ha expresado especial preocupación por países como Siria, Líbano y Yemen, con Gobierno y economías ya débiles, y altamente dependientes de la importación de trigo.

Pero los expertos consultados por DW se muestran cautos en sus pronósticos. “La gente va a estar bajo una verdadera presión económica”, estima John Raine, asesor del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres.

Sin embargo, “no estoy convencido de que eso conduzca a un tipo de gran shock como el que vimos la última vez”, dice, indicando que la región “está ahora en una situación política muy diferente”.

Los Gobiernos “tienen más control y han cerrado partidos de oposición, o hay sistemas políticos más flexibles, como resultado de lo ocurrido en los últimos diez años”.

Raine piensa que es muy probable que se produzcan manifestaciones y tensiones, pero considera que podrían acelerar procesos políticos en curso, más que precipitar grandes vuelcos.

Efecto dominó y una eventual Primavera Árabe

En lo que respecta al aumento de los precios de los alimentos, ya se estaba gestando una tormenta debido a las interrupciones del suministro causadas por la pandemia de COVID-19 y la mala gestión mundial de la misma.

El cambio climático también ha provocado que el Medio Oriente no pueda producir tanto grano propio.

Ya, en junio de 2021, la inflación de los precios de los alimentos estaba al nivel de cuando estalló la Primavera Árabe. Y “esa tormenta se convirtió en tsunami cuando Rusia invadió Ucrania”, sostiene Tanchum.

A su juicio, que esto se vuelva peligroso y derive en protestas o incluso en un cambio político violento, dependerá de si hay buena gobernanza o no en un país. La gobernanza efectiva incluye asuntos como cuánto almacenamiento de granos tiene un país, explica.

Desde que la explosión del puerto de Beirut en 2020 destruyó el principal almacenamiento de granos del Líbano, el país solo ha tenido suministro de trigo para un mes, mes por mes, sin reservas. Egipto, por otro lado, tiene alrededor de cuatro meses de reserva.

Todo dependerá también del tipo de efecto dominó que se produzca. Según Tanchum, lo que ocurre en un país del Medio Oriente suele afectar a sus vecinos. El norte de África y el Sahel también serán vulnerables, advierte.

En consecuencia, considera posible que se produzcan algunos trastornos, pero no serán los mismos que se vieron durante la Primavera Árabe, coincide: “Creo que la clave es no ser ni optimista ni pesimista, sino mantenerse alerta y tomar medidas eficaces”.

Adicionalmente, cree que esta podría ser una oportunidad para que otros productores de cereales europeos (como Alemania) ofrezcan mejores tratos.

Esto, además de asistencia para modernizar sus prácticas agrícolas y hacer frente al cambio climático a los países del Medio Oriente. “Podemos transformar la posibilidad de una catástrofe en una oportunidad para una nueva cooperación en la que todos salgan ganando”, dice.