La fiscalía de París anunció el viernes que apeló el sobreseimiento general de la demanda contra Airbus y Air France, ordenado por los jueces de instrucción a cargo de la investigación del accidente del vuelo Río-París, que dejó 228 muertos en 2009.

La fiscalía de París había pedido a los jueces un juicio contra Air France y un sobreseimiento para Airbus.

El ministerio público estimaba que la compañía aérea había cometido “negligencia” al no haber brindado a sus pilotos suficiente información sobre cómo reaccionar en caso de anomalías en los sensores que controlan la velocidad de los aviones, pese a varios incidentes de ese tipo en los meses previos al siniestro.

Pero los jueces de instrucción encargados de la investigación del accidente del vuelo AF447 no siguieron las recomendaciones de la fiscalía ya que consideraron que las acusaciones contra las dos empresas eran insuficientes para justificar un juicio.

El 1 de junio de 2009, el vuelo AF447 cayó en el Océano Atlántico después de despegar de Río de Janeiro. Los 228 pasajeros y miembros de la tripulación perecieron en el accidente, el peor de la historia de Air France.

El elemento que desencadenó el siniestro fue la congelación de unos sensores ubicados en el exterior del aparato, las sondas Pitot, que acarreó indicaciones erróneas sobre la velocidad y desorientó a los pilotos, hasta que la aeronave cayó al océano.

En su escrito de 189 páginas, firmado el 29 de agosto y que pudo consultar la AFP, los magistrados encargados de instruir el caso estimaron que el siniestro fue causado por “una combinación de factores que nunca antes habían ocurrido, y que por lo tanto puso de manifiesto peligros que no podían ser percibidos antes”.