Nueva York y los estados del noreste de Estados Unidos, que durante mucho tiempo mantuvieron bajo control el coronavirus tras haber sido duramente afectados por la pandemia en la primavera, son ahora escenario de un fuerte aumento de los contagios, lo que genera temores de un regreso de las restricciones.

La zona está aún lejos de un brote descontrolado, como se está produciendo en ciertos estados del Medio Oeste o en Europa, pero las cifras están claramente en ascenso y los gobernantes están cada vez más preocupados.

El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, dio a conocer cifras el jueves que muestran una duplicación de la tasa de contagios en la metrópolis más grande de Estados Unidos.

La ciudad ha registrado un número récord de muertes por el virus: más de 23.000 desde marzo, por encima de 33.000 en el conjunto del estado de Nueva York.

Tras un largo periodo en el que la tasa de contagios se estabilizó en torno al 1%, el alcalde consideró este jueves “muy preocupante” el 2,7% registrado el día anterior, con una media cercana al 2% durante la semana pasada.

“No debemos permitir que se establezca una segunda ola que nos impondría restricciones drásticas”, similares a las tomadas en Europa, insistió durante una rueda de prensa.

“Realmente hay que evitar viajar”, porque “en casi todos lados (…) es peor”, enfatizó, llamando a suspender las celebraciones tradicionales de Halloween, el sábado, y de Acción de Gracias, a fines de noviembre, cuando muchos estadounidenses se reúnen con su familia.

Nueva York está rodeada de estados donde el virus se encuentra en una pendiente aún más ascendente.

Nueva Jersey, el segundo estado más afectado de la región en la primavera boreal, presenta actualmente más de 1.000 casos nuevos cada día, y la tasa de positividad ha alcanzado el 6,5%, tuiteó el jueves el gobernador Phil Murphy.

Al menos dos ciudades de ese estado, entre ellas Newark, muy cercana a Nueva York, han restablecido restricciones, como el toque de queda para la gente que realiza actividades no esenciales.

Los casos también están creciendo en Pensilvania, Connecticut y Massachusetts.

Este aumento representa un nuevo dolor de cabeza para las autoridades que, ante el avance de la pandemia en el sur, el medio oeste y el oeste del país, han impuesto cuarentenas a los visitantes de estados que presentan tasas de positividad superiores al 10%, como Nueva York, por ejemplo.

La medida es difícilmente aplicable a los estados cercanos, cuyos habitantes circulan entre unos y otros por razones laborales o comerciales.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, renunció recientemente a sumar a Nueva Jersey y Connecticut a su lista de más de 40 estados sometidos a cuarentena, llamando únicamente a evitar los desplazamientos no esenciales a esos estados.