“George”, como ha sido identificada una de las mil víctimas de abusos de al menos 300 sacerdotes en EEUU, es clave para conocer el historial de vejámenes, revelados en los principales medios de comunicación de ese país.

La cadena Univisión, en su horario estelar de noticias, dio a conocer que un grupo de sacerdotes desnudaron al niño en una parroquia de Munhall, Pensilvania.

Entre los señalados en el reciente reporte oficial de las autoridades locales, figura George Ziwas, párroco de varias vicarías al norte estadounidense.

A esta y otras víctimas, les decían que debían fotografiarlas desnudas porque así escogerían a uno de los “modelos” para colocar más cristos crucificados en las iglesias.

Pero había formas de comunicarse entre los sacerdotes que abusaban de los niños y niñas. Usaban el máximo símbolo de la iglesia católica, la cruz. Estos entregaban una réplica de oro puro a los menores, según el informe que los implica, para hacerlos blanco fácil a identificar por otros religiosos abusivos.

Miami New Times
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En 1995, familiares de otras víctimas de abusos se quejaron de lo que ocurría a los niños, pero la iglesia católica en Pensilvania, optó por la vía rápida y le otorgó una licencia temporal para acallar los llamados a investigar su conducta.

De párroco abusador, a inquilino en Miami Beach

George Ziwas dejó atrás el sacerdocio y las acusaciones de abusos sexuales en Pensilvania y otros estados al norte de Estados Unidos. Se “refugió” bajo el sol de Miami Beach, a donde se instaló en un ostentoso departamento e investido por el silencio de sus superiores.

Con ellos, negoció información para delatar a otros curas, pero a cambio, pidió un “aumento de sueldo”, el reporte periodístico asegura que se lo otorgaron, pero no está claro a quiénes exactamente delató.

Todo lo que se sabe, es a través del reporte de investigación de un gran jurado en Pensilvania, que lo ha puesto en una lista de sacerdotes estadounidenses, retumbando en los oídos de la institución a nivel mundial.

Univisión
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De Miami Beach a Cuba: el fin estaba cerca

Ziwas decidió cambiar totalmente de vida y de latitud, dejando ahora si bien atrás su pasado pederasta en su país. La nueva parada escogida: la calle Mazón en La Habana, Cuba. Rápidamente olvidó su historial no solo incriminador, sino también religioso.

Tanto fue, que se hizo conocido entre la comunidad Gay de la capital cubana y participaba activamente de sus actividades.

Vivía una vida de fiestas y placeres en un país donde las necesidades eran grandes y su historial pasaba desapercibido, dada la falta de información y acceso no solo a lo básico, sino a la tecnología informativa.

Sin embargo, lo que la justicia terrenal no alcanzó, sí lo hizo la vida de excesos que llevaba.
En 2001, una pareja de hombres lo asesinó en su departamento, inyectándole en el cuello una dosis de tranquilizante para animales, según consta en reportes periodísticos del Miami New Time.

En tanto, la investigación sigue activa en su país y tiene en la mira a los sacerdotes que junto a él, son acusados de abusar sexualmente a los menores, llevándolos con engaños desde los desnudos “artísticos” hasta el presunto cometimiento de vejámenes sexuales, en nombre de la fe.

Miami New Times
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