Poeta Lugones es un barrio en la provincia argentina, Córdoba, que a simple vista pasa desapercibido. Eso, hasta hace algunos días, cuando uno de sus habitantes generó noticia nacional y hasta internacional ante un grave error cometido.

Sucede que el panadero Gustavo Monjes se encontraba entre sus compañeros grabando con su celular un mensaje de voz, listo para ser enviado por Whatsapp a su jefe.

La idea era plantearle un cambio de horario laboral y así lo hizo. Según él, apretó la tecla enviar pero no se percató que el mensaje no fue enviado y que la grabación seguía en curso.

Gustavo retomó la conversación con sus compañeros de trabajo, arremetiendo contra su empleador y sin saber que todo estaba quedando registrado.

Medios locales como Cadena3 han publicado el desafortunado error para un hombre que, por una mala maniobra, generó noticia y algo más.

“Le estaba por mandar un audio pidiéndole que mi compañero viniera un poco más temprano. El mensaje no se mandó porque no apreté bien el botón y siguió grabando. Ahí les comento a mis compañeros en el trabajo: ‘Miren cómo lo tengo agendado a este hdp’. En ese momento, me entra una llamada y veo que seguía grabando el audio y se manda completo. Con el mensaje que era para él y con la conversación con mis compañeros”.

El medio de comunicación cordobés contactó a Monjes, luego que se difundiera la información por la localidad donde ocurrieron los hechos y por las medidas adoptadas por el jefe del panadero: despido inmediato por haberlo agendado como “Hdp”.

Cadena 3 / Argentina
Cadena 3 / Argentina

Buscando ser reinstalado por la vía legal

Pese a haber sido sorprendido con las manos en la masa, o en el botón incorrecto de su celular, Gustavo está haciendo todo lo posible por enmendar su error y quitarle un poco de levadura al asunto.

No ha dudado, sin embargo, en comentar al medio antes citado, que su situación laboral no era la mejor: “Las cosas no venían bien entre nosotros y por eso lo había guardado así. Lo hice porque estaba enojado con él porque no me facilitaba un dinero que yo quería y venía tensa la cosa porque habíamos discutido y estaba enojado”. Aún así, quiere recuperar su empleo.

La decisión se basa en que es padre soltero, con tres hijos a su cargo.

“Esperé tres días para ver si reaccionaba. Él sabe de mi situación. Después de ese tiempo mandé un abogado e hice una carta documento para encontrar una solución”, sostuvo al periódico.

Para el cesante, (pese a su falta hacia un superior) todo se trata de un despido “sin justa causa” y que “estaba trabajando en negro”.

De esto último, es que Gustavo Monjes ha visto la oportunidad, ya que “trabajar en negro” en Argentina, significa haber laborado en la ilegalidad, sin la protección de la correspondiente Seguridad Social, ni seguro de riesgos del trabajo.

Todo parece indicar que, de no haber reinstalo, el ex trabajador se irá por la vía judicial para lograr una indemnización mientras encuentra otro “laburo”.

Eso si, muy seguramente con el cuidado de agendar correctamente a su nuevo jefe, o verificar que sus mensajes de voz sean correctamente enviados.