“Dios ha escogido a una jovencita (la niña Karla, entonces de 12 años de edad) para que sea mi esposa”. Luego de anunciarlo en redes sociales, Jorge Federico Rico Villarreal, pastor evangélico de Chalco al oriente del Estado de México, escribió uno de los capítulos más oscuros sobre el matrimonio infantil en Latinoamérica, consignado por decenas de sitios mexicanos en agosto del año pasado.

Los argumentos se basaron en ese entonces en la fe que le otorgaba la “gracia divina”, pero precisamente no hizo nada de gracia a un país que se volcó a denunciar masivamente su comportamiento. Curiosamente, la aún esposa de Rico Villarreal aceptó y calificó como un “designio” la decisión tomada por su cónyuge, quien describió sus tres anteriores matrimonios con un desprecio mayúsculo, al punto de pasar por alto el delito en el que incurría.

“He tenido que repudiar a 3 mujeres que fueron mis esposas, cada una en su tiempo. Muchos se escandalizan de ello y expresan: ¡Tantas mujeres!; porque lo que ellos ven es solamente una posición cómoda de soportar el pecado, la injusticia delante de Dios. Mas para Dios es mucho más severo de lo que se ve”.

La historia de Karla, desde su comunidad evangélica en Chalco, pasó a formar parte de la radiografía con que Unicef describe la preocupante situación en Latinoamérica, advirtiendo que si no se toman las medidas necesarias se convertirá en la segunda región a nivel mundial con este tipo de enlaces, que antes se creían exclusivos de Africa o Asia meridional.

Sin embargo en esta última, los matrimonios infantiles han tenido una reducción de entre un 50 a un 30% en la última década, mientras que en América Latina la cifra se ha mantenido en un 25% en el mismo periodo.

El informe no puede ser más contundente:

“En todo el mundo, se estima que 650 millones de mujeres y niñas que viven hoy se casaron cuando eran niñas, donde América Latina y el Caribe alberga a una de cada diez de ellas. Sin acciones e inversiones aceleradas, la región tendrá la segunda prevalencia más alta de matrimonio infantil en el mundo para 2030, detrás de África subsahariana y por delante de Asia meridional, una región que tradicionalmente ha tenido la mayor prevalencia de matrimonio infantil en el mundo”.

Si las tendencias actuales continúan, casi 20 millones más de niñas en América Latina y el Caribe se habrán casado en su infancia para 2030.
- Unicef

Del pastor evangélico en Chalco, no quedan más que sus fotos rescatadas de la cuenta de Facebook que debió cerrar ante el repudio causado a nivel internacional. No figuran noticias de alguna detención después de lo ocurrido, pero es un grito silencioso a la luz de una realidad que parece normalizarse con el día a día de Latinoamérica y El Caribe.

Violencia sexual, embarazos tempranos, pandillas obligando a adolescentes a formar pareja con sus integrantes y pobreza en zonas rurales, se conjugan y sitúan a la región en un foco de atención, sobre todo si se pasa por alto la advertencia para el año 2030. Tristemente, la noticia podrá ser titulada entonces: 20 millones de niñas han contraído matrimonio en Latinoamérica.

Jorge Rico Villarreal | Facebook
Jorge Rico Villarreal | Facebook

Matrimonio en Chile antes de los 18: otros países enmendaron el camino al “Si, quiero”

Verificar esta realidad está a un clic de distancia. El Registro Civil chileno mantiene datos en su plataforma de las condiciones bajo las que un menor de edad puede contraer matrimonio en el país.

El consentimiento de los padres o de un juez, abre la puerta para que jóvenes con tan solo 16 años den el tan anhelado “Sí” que se ha revestido de tintes románticos en cada cinta cinematográfica exhibida en este rubro, la cual no escatima en mostrar las complicaciones que hay detrás de una pareja adulta y hasta con terceros en discordia, si es que la trama vende para emocionarse de sobra y hasta dudar de las decisiones ya tomadas a una edad madura.

Girls not Brides es una ONG internacional dedicada a concientizar al mundo de lo importante que es erradicar el matrimonio infantil.

Girls not Brides
Girls not Brides

Su preocupación siguen siendo las mujeres y han destacado en los últimos meses los avances en países centroamericanos como Costa Rica y Honduras, que reformaron leyes para prohibir tajantemente el matrimonio antes de los 18 años. En El Salvador ocurrieron similares reformas al Código de Familia, que hasta 2017 permitía el matrimonio antes de la mayoría de edad (18 años) si es que había un hijo de por medio.

En Sudamérica, desde 2015 Ecuador lleva ventaja en esta prohibición. Antes de las reformas realizadas, niñas con tan solo 12 años podían contraer matrimonio y en el caso de los hombres el permiso se extendía a los 14 años. Sin embargo, un intenso debate en el poder legislativo cerró esta posibilidad sin excepciones, elevando la edad permitida a los 18 años.

México aplicó paños tibios al asunto, dado que aumentó también la edad mínima para casarse a los 18 años, pero en caso de embarazo, las niñas pueden hacerlo antes de la mayoría de edad. Guatemala vive una situación similar ya que la decisión queda a cargo de un juez cuando los interesados apelan al sistema judicial.

Con el panorama situando a Chile entre los países que permiten el matrimonio a los 16, con el permiso de los padres y consentimiento de la pareja interesada, consultamos al Registro Civil el número de enlaces de este tipo, pero aún no recibimos respuesta.

Sin embargo, en 2012 el organismo indicaba que por entonces, más de 600 niños chilenos entre 16 y 17 años de edad se casan anualmente, siendo 85% de ellos mujeres.

Esta alarmante realidad llevó a que en 2015, un grupo de parlamentarios de la Nueva Mayoría presentara un proyecto de ley para aumentar a 18 años la edad mínima para contraer matrimonio, siguiendo las recomendaciones de ONU Mujer.

Pero como suele ocurrir, a tres años de su presentación, el proyecto ni siquiera ha sido revisado en la Comisión de Familia de la Cámara Baja.

12 millones de niñas en el mundo se casan cada año

Frecuencia de Matrimonio Infantil en porcentaje (2015) | Usaid
Frecuencia de Matrimonio Infantil en porcentaje (2015) | Usaid

“Antes de casarme jugaba con otros niños” le aseguró Asmot, una refugiada de la etnia rohinyá a miembros de la Unicef que llevaron su historia a un cortometraje destinado a mostrar la realidad de los campamentos en Bangladesh (Asia). Con tan solo 13 años, se convirtió en esposa y madre.

“Si mis padres no hubieran muerto no me habría casado” asegura con sus ojos tristes y cansados a una edad en la que por lo general se sueña despierto con un futuro lleno de aventuras. Un año después de su enlace matrimonial asegura que quiere estudiar pero concluye: “tengo un esposo y un hijo”.

Su tono de desesperanza en directamente proporcional a su realidad.

A nivel mundial, el informe asoma una leve esperanza: 15% se ha reducido el matrimonio infantil en la última década. Es decir, se pasó de 1 de cada 4 niñas casándose a una edad precoz, a 1 de cada 5. Con lo anterior, se evitaron 25 millones de casamientos prematuros en todo el mundo.

Sin embargo, esas 12 millones de niñas casándose anualmente forman parte de un enlace con nudos de tristeza en un planeta en el que un total de 650 millones de féminas contrajeron matrimonio antes de los 18 años.

Sí. Las cosas pueden empeorar en cifras y dosis de realidad, ya que las 20 millones de niñas que podrían estar casadas en América Latina para 2030 solo formarán parte de un universo fatal aún más grande: 150 millones de nuevas niñas casadas durante los próximos 12 años.