En los últimos meses, la cantante italiana Laura Pausini se ha vuelto una de las caras más reconocidas de las revistas y tabloides internacionales, tras su participación en la cinta de Netflix La Vida Ante Sí.

En el filme, la cantante interpreta la canción original Io Sí, una bellísima balada que brilló con luz propia en la temporada de premiaciones, ganando el Globo de Oro y el Satellite Awards a Mejor Canción Original, entre otras distinciones como una nominación a los Premios Oscar en la misma categoría.

Producto de estos galardones, la figura de Pausini explotó en los medios locales e internacionales, quienes valoraron no sólo su impresionante talento y gran aporte en la realización del tema principal de la película, sino que también su belleza europea.

Lo que muchos desconocían, no obstante, es que la cantautora lucía ante los flashes los frutos de un arduo cambio en su estilo de vida, que la llevó a perder 20 kilos y retomar su vida sana.

La dieta de Laura Pausini

A sus 47 años, la reconocida cantante detrás de éxitos como La Soledad y En Cambio No se ve realmente estupenda, pero las acciones realizadas para llegar a este punto de equilibrio entre salud y presencia física no han sido en vano.

Así lo declararon medios italianos consignados por publicaciones como Woman’s Health (WH) y 20 Minutos, los cuales declararon que la artista ha optado por jugar a la segura y adoptar una dieta progresiva y controlada, a diferencia de aquellas que prometen resultados en tiempo récord con el indeseado efecto rebote.

El régimen de Laura consiste, básicamente, en comer de forma equilibrada y combinarlo con ejercicio físico.

Además, la propia Pausini ha develado algunos detalles concretos de su rutina, “como que ha aumentado durante este tiempo el consumo de proteína, una buena decisión, ya que este nutriente no solo ayuda a mantener la saciedad, también favorece la pérdida de grasa y el aumento de la masa muscular, si se encaja dentro de un plan personalizado (y combinado con entrenamiento de fuerza, por ejemplo)”, indicó WH.

El régimen proteico

De acuerdo a 20 Minutos, la dieta proteica “se basa en darle al cuerpo la cantidad de proteínas necesarias para combatir correctamente la obesidad. Lo que provoca la disminución de la masa grasa pero preservando la masa magra (músculo, tejido óseo…)”.

Además, explican que este tipo de planes de pérdida de peso se dividen usualmente en dos partes: primero, en aportar el porcentaje de proteínas adecuado para cada persona para preservar la masa muscular; segundo, en disminuir los hidratos de carbono (glúcidos) y grasas (lípidos).

Sumado a ello, estos tipos de dieta se centran en tres fases principales: la pérdida de peso, la transición y el mantenimiento. En la primera fase se enseña al cuerpo a emplear sus reservas de glucosa, sin que éste las obtenga de alimentos extra -por esta razón se eliminan los carbohidratos-. Luego, en la etapa de transición se pueden incluir nuevos alimentos hasta alcanzar el peso deseado, momento en que comienza el mantenimiento.

Todo ello, debe combinarse “con un estilo de vida saludable y ejercicio físico moderado o intenso” para obtener los resultados deseados, agregó el medio.

¿Cómo opera el régimen proteico?

De acuerdo al diccionario médico de la web de especialistas en medicina Top Doctors España, este tipo de dietas centra “su principal aporte calórico en las proteínas, que son unas moléculas constituidas por aminoácidos. Estos nutrientes son fundamentales para el funcionamiento de las células de todos los seres vivos porque estructuran los tejidos, ayudan a la regeneración muscular (sobre todo después del esfuerzo físico) y tienen una función metabólica y reguladora”.

“La dieta proteinada presenta un plan dietético enfocado a la pérdida de grasa corporal (no grasa muscular) y a una mejora de nuestra condición física y de nuestros hábitos alimenticios (disminuyendo la ingesta de azúcares y grasas). En esta dieta se procede a la eliminación del consumo de hidratos de carbono y grasas, que se sustituyen por productos proteicos de alto valor biológico. Esto ayuda a quemar las reservas de estos nutrientes que posee el organismo”, agregan.

Cabe destacar, que estas moléculas están presentes en toda dieta equilibrada en forma de proteína de origen animal (huevo, carne o leche) y/ vegetal (cereales, legumbres y frutos secos, entre otros). De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es recomendable que el porcentaje de proteína vegetal en nuestra dieta sea como mínimo del 75% respecto al total, ya que se digieren mejor que las animales y no contienen ni grasas ni colesterol.

En cuanto al éxito que tiene este tipo de regímenes, desde Top Doctors señalan que “La dieta proteinada puede ayudar a perder peso y a no subirlo. Las proteínas sacian más el hambre que las grasas y los carbohidratos. Por ello, consumir proteínas puede ayudar a acelerar el proceso metabólico que elimina calorías y reduce el apetito”.

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Pero todo en exceso es malo…

Pese a que las dietas basadas en proteínas son muy eficientes para perder peso, los expertos no recomiendan que se mantengan por largos períodos de tiempo.

En palabras de la doctora Katherine Zeratsky, integrante de la prestigiosa Clínica Mayo, “Para la mayoría de las personas sanas, una dieta con alto contenido de proteínas por lo general no es dañina, en especial cuando se sigue por un corto tiempo. Estas dietas pueden ayudar a la pérdida de peso porque te hacen sentir más lleno. Sin embargo, todavía se estudian los riesgos de utilizar una dieta con alto contenido de proteínas y restricción de carbohidratos a largo plazo. Si se sigue una dieta rica en proteínas durante un tiempo prolongado, pueden surgir varios problemas de salud”.

Entre los problemas citados, indicó que “algunas dietas ricas en proteínas restringen tanto la ingesta de carbohidratos que pueden dar lugar a deficiencias nutricionales o a una insuficiencia de fibra, lo que puede causar problemas como mal aliento, dolor de cabeza y estreñimiento”.

Además, “determinadas dietas con muchas proteínas incluyen alimentos como la carne roja y los productos lácteos con mucha grasa, que pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas“.

Por último, “una dieta con elevado contenido de proteínas puede empeorar la función renal en las personas con enfermedades renales, porque el cuerpo puede tener problemas para eliminar todos los productos de desecho del metabolismo de las proteínas”, indicó la especialista.

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Consejos para tener una buena dieta proteica

Ante ello, si quieres probar este tipo de planes alimenticios de forma ordenada, Zeratsky propone “elegir tus proteínas de forma criteriosa. Entre las opciones recomendables se encuentran la proteína de soja, los porotos, los frutos secos, el pescado, las aves sin piel, la carne de vaca magra, la carne de cerdo y los productos lácteos con bajo contenido de grasa. Evita las carnes procesadas”.

“La calidad de los hidratos de carbono (carbohidratos) que comes también es importante. Reduce los carbohidratos procesados en tu dieta y elige carbohidratos con alto contenido de fibra y nutrientes, como granos integrales, verduras y frutas”, añadió.

Finalmente, la experta declaró que “siempre es una buena idea hablar con su médico antes de empezar una dieta para perder peso. Y eso es especialmente importante si tienes una enfermedad renal, diabetes u otra afección de salud crónica. Por último, ten en cuenta que la pérdida de peso puede ser temporal, en especial si vuelves a tu forma anterior de comer. El mejor plan de alimentación es aquel que se puede mantener a largo plazo“.

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