La actriz AnnaLynne McCord (33) conocida por su trabajo en el revival de Beverly Hill 90210, reveló que fue diagnosticada con Desorden de Disociación de Personalidad, previamente conocido como trastorno de la personalidad múltiple.

“Ya no hay nada en mi viaje que invite a la vergüenza”, aseguró McCord en una conversación online con el Dr. Daniel Amen. “Y así es como llegamos al punto en que podemos articular la naturaleza de estos traumas generalizados y esas cosas, por horribles que sean”.

De acuerdo al Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV TR) de la Asociación Americana de Psiquiatría, el Trastorno de Identidad Disociativo (TID) supone “la presencia de dos o más personalidades que toman el control de la conducta de una persona de forma recurrente, la mayoría de las veces opuestas entre sí”.

Estas personalidades controlan la mente y los movimientos del individuo alternativamente y generan recuerdos y pensamientos distintos, por lo que no necesariamente todas las identidades tendrán la misma información.

Según relató la actriz, su trabajo en la actuación la ayudó a darse cuenta que tenía un problema. “Todos mis papeles eran personalidades, pero nunca me di cuenta de que lo estaba haciendo hasta que hice un proyecto mientras grababa ‘90210’”.

La intérprete se refiere a la película ‘Excision’, donde notó que no lograba “salir” del personaje. “Interpretaba a una chica muy extraña, inteligente y perturbada, lo cual estaba muy cerca de cómo siento que soy por dentro. Fue muy revelador, muy confrontador, probablemente un poco re-traumatizante sin saberlo“, confesó.

“Lo loco de todo esto fue que terminé esa película a las 2 a.m. de un martes y tenía que ser la rubia alocada y feliz de Beverly Hills el miércoles al mediodía. No pude encontrarla, no era accesible. Yo estaba en un lado muy oscuro, estaba muy metida en este personaje de Pauline y no podía salir”, añadió.

AnnaLynne McCord en Excision

Según la clínica Mayo “sus síntomas dependen del tipo de trastornos disociativos que tengas, pero pueden comprender”:

– Pérdida de memoria (amnesia) de ciertos períodos, sucesos, personas e información personal
– Sensación de estar separado de ti mismo y de tus emociones
– Percepción de que las personas y cosas que te rodean están distorsionadas o son irreales
– Un sentido confuso de la identidad
– Estrés significativo o problemas en tus relaciones personales, tu trabajo y otros ámbitos importantes de tu vida
– Incapacidad para afrontar bien el estrés emocional o profesional
– Problemas de salud mental, como depresión, ansiedad, y pensamientos y comportamientos suicidas

La joven artista recordó ser “co-consciente” de su verdadera identidad y de una personalidad dividida a la que llamó “pequeña Anna”, la cual surgió a los 13 años.

Anna era “una anarquista del infierno que te apuñalaría con el anillo de púas que llevaba, y le gustaría”. “Ella era una criatura desagradable, pero le tengo mucha gratitud porque me sacó del infierno en el que estaba”, agregó.

El Manual de Merck (Estados Unidos y Canadá) y conocido en el resto del mundo como Manuales MSD, explica que dentro de las causas probables de esta enfermedad, está el haber sufrido “una tensión emocional abrumadora durante la infancia”.

Tanto así que en Estados Unidos, Canadá y Europa, alrededor del 90% de las personas que viven con este trastorno, han sido víctimas de maltrato grave (físico, sexual y/o emocional) o han sido abandonadas por su familia durante la infancia.

Este fue el caso de la actriz, quien sufrió abuso físico por parte de sus padres en la infancia, trauma que resurgió al ser violada a los 18 años, cuando apenas se había trasladado a Los Angeles, California.

“Debido al abuso físico, no creía que hubiera fronteras entre los cuerpos de otras personas y el mío. No creía que tuviera voz”, explicó.

La historia de trauma de McCord creció aún más cuando en 2018 se sometió a un proceso de desensibilización y reprocesamiento del movimiento ocular (EMDR) que la llevó a descubrir que también había sido abusada sexualmente cuando niña.

“Se prolongó durante años. Hasta que tenía 11 años. Y luego tengo un recuerdo, solo un incidente singular, que se siente como si tuviera un poco más de 11″, añadió.

“Tuve esta sensación de ardor, dolor y horrible en el área de la ingle. Todo mi cuerpo comenzó a convulsionar. Me quedé allí tumbada y las lágrimas corrieron por mi rostro. Seguí diciendo: ‘No, no’, porque esta no es mi vida”, recordó.

La actriz ha logrado mantener su condición estable y hoy sigue trabajando en el mundo del espectáculo y tratando de llevar su vida de la forma más sana posible.