Ashley y Mary-Kate Olsen fueron las gemelas más famosas e influyentes de Hollywood y aunque a sus 33 años están totalmente alejadas de las cámaras que conocieron siendo apenas unos bebés, siguen siendo protagonistas de una industria: la moda.

Interpretando a Michelle Tanner en Full House, las gemelas fueron lanzadas a la fama para vivir la década de los 90 frente al ojo mediático, tomando las riendas de una carrera que se consolidó en un competitivo Hollywood.

No obstante, han pasado 15 años desde que decidieron desaparecer de la industria cinematográfica y dedicarse a sus proyectos personales, generando un imperio de la moda en base a un estilo relajado, minimalista y cómodo.

Han tenido un camino de éxito, aunque los escándalos las siguieron de cerca, lo que las transformó en chicas herméticas frente a los medios de comunicación, algo que han sabido traspasar a su otra famosa hermana, Elizabeth Olsen.

En la cima de Hollywood

Aún se podía contar con una mano cuántos meses de vida tenían las hermanas, cuando se enfrentaron por primera vez a una cámara de televisión. Fue Full House, la serie conocida como Tres por Tres en Latinoamérica, el primer lugar que las recibió a sus 6 meses, para interpretar a Michelle Tanner, la hija menor del protagonista.

Recordemos que ambas interpretaron el mismo papel debido a que la industria recurría a gemelos para poder cumplir con la reglamentación de Estados Unidos respecto al tiempo de trabajo que podían designar a niños.

Durante 8 años fueron parte del set que las vio crecer en un papel que fue recurrente durante su primera temporada, pero que luego se transformó en uno de los principales de la serie, que mostraba la vida de un viudo que criaba a sus hijas con la ayuda de su mejor amigo y su cuñado.

Las vimos crecer en pantalla y también notamos las diferencias que se comenzaron a evidenciar entre ellas, como el hecho que una fuera diestra y la otra zurda, lo que implica que, por ejemplo, Michelle comía con ambas manos, rescata Harper Bazaar.

Cuando la serie se canceló su futuro no se truncó, sino que ocurrió todo lo contrario, ya que tuvieron tiempo para experimentar una vida expuesta a los flashes a través de las múltiples películas que realizaron de la mano de la productora de su propiedad, DualStar.

De esta forma, amasaron una fortuna que les permitió estar entre los más influyentes y millonarios de Hollywood, y además, esto era una señal de que tendrían un papel importante en sus negocios.

Durante su infancia y adolescencia las pudimos ver en películas como Dos por el precio de una, Pasaporte a París , Un verano en Roma y New York Minute, la última producción cinematográfica que las tuvo juntas. Sin embargo, su vida personal no era tan color de rosa como sus películas querían reflejar.

El divorcio, la anorexia y la muerte de un ícono.

Los problemas no estuvieron alejados de las hermanas Olsen. Pese a que mantenían una unida relación entre ellas, la realidad de su familia era muy diferente.

Sus padres, una bailarina de ballet profesional y un banquero, se separaron en 1995 cuando las gemelas sólo tenían 9 años. Posteriormente su padre se casó con una antigua secretaria, aunque continuó manteniendo una buena relación con las chicas, rescata Harper Bazaar.

Siempre llevaron una sonrisa en su rostro mientras eran pequeñas y adolescentes, pero la realidad era muy diferente. Mary-Kate declaró que junto a su hermana fueron como “pequeños monitos de feria” frente a su relación con la industria cinematográfica, añadiendo que nunca le desearía una infancia como la de ellas a alguien, rescata Marie Claire, en una de las acotadas entrevistas que ha brindado la actriz.

En concordancia con lo mismo, las hermanas perdieron momentos importantes en la vida de cualquier adolescente americano, como su baile de graduación. Aunque esto ocurrió porque fueron invitadas a ser las presentadoras del último episodio de la temporada 29 del popular show Saturday Night Live, donde pudieron revivir el momento escolar acompañadas de unos jóvenes Jimmy Fallon, Maya Rudolph y Amy Shumer, entre otros, todo un logro para cualquier personalidad de la industria.

Para cuando tenían 18 años, eran ricas y famosas gracias a su trabajo cinematográfico, pero también a los contratos que lograron para difundir su imagen a través de su productora, donde asumieron el cargo de Copresidenta.

Sin embargo, los problemas asociados a la anorexia de Mary-Kate eran evidentes, por lo que fue ingresada en el centro de rehabilitación para celebridades Cirque Lodge, ubicado en Utah, Estados Unidos.

Aunque fue un hecho más relevante el que las comenzó a alejar del ojo público: se vinculó a Mary-Kate Olsen con la muerte del actor Heath Ledger en enero de 2008.

Lo anterior, porque la masajista que encontró el cuerpo del actor llamó primero a Mary-Kate y luego la volvió a llamar una vez que los servicios de emergencia se apostaron en el lugar.

La menor de las Olsen recibió el llamado mientras estaba en California, en la otra costa de Estados Unidos, por lo que envió a su guardaespaldas personal al lugar. Esta situación generó polémica, ya que se comentó que podría haber ido a borrar alguna prueba que inculpara a la actriz respecto del suministro de medicamentos que acabaran con la vida de Ledger.

El rumor finalmente sólo quedó en eso, un rumor, ya que el caso se cerró y no hubo evidencia que afectara a la gemela, quien en un principio se habría negado a cooperar con la DEA (Fuerza Administrativa Antidrogas), consigna El País.

Adiós a la actuación, bienvenida a la moda y al hermetismo.

Dejaron la actuación por completo (aunque Mary-Kate hizo algunos intentos volviendo a actuar, aunque en solitario) y se abocaron con éxito a la moda, trabajando como diseñadoras y directoras creativas de sus marcas.

Durante esta la última etapa, las Olsen se han caracterizado por el hermetismo respecto de su vida privada, entregando mínimos detalles acerca de su vida personal en contadas entrevistas, que generalmente dan a los medios con el objetivo de promocionar sus marcas.

Respecto de esto, la también actriz Elizabeth Olsen declaró que sus hermanas son íntimamente privadas y es algo que ella respeta, añadiendo que “me enseñaron que puedes ser alguien privado, pero también accesible a los periodistas. […] Es útil que aprendiera de ellas mi escala de valores”, rescata Vanity Fair.

Las gemelas supieron aprovechar la visión empresarial que levantaron cuando eran sólo unas adolescentes, ya que han logrado construir un imperio de la moda gracias a la conformación de sus marcas Olsenboye, Stylemint, The Row y Elizabeth&James, destacó Harper Bazaar.

The Row, la marca que tuvo a Nadege Vanhee-Cybulski como su diseñadora hasta que abandonó la firma para irse a trabajar a cargo de la casa francesa, Hermes, factura más de mil millones de dólares al año y es la fuente de los múltiples CFDA Fashión Awards que ostentan las hermanas, algo así como los Oscar de la moda.

En entrevista a The Edit, Mary-Kate declaró que “cuando éramos más jóvenes, estar en el ojo público era casi parte de nuestro papel, y nuestra responsabilidad ahora es establecer las tendencias en este momento y estar a la vanguardia de la moda”. Algo que han logrado con éxito, puesto que sus diseños los han vestido celebridades como Oprah Winfrey, Ellen Degeneres e incluso Michelle Obama, rescató El País.

Tal es el nivel de prestigio de las chicas en el mundo textil que se dan el lujo de lanzar sus colecciones, en plena semana de la moda en Nueva York, sin la parafernalia ya habitual que convocan estos eventos, dejando de considerar a influencers o mantener sus primeras filas con celebridades que sólo buscan ver o ser vistos, comenta Vanity Fair.

Fieles a su estilo, no son parte de las redes sociales y tampoco podrás encontrarlas en las de sus marcas, que más bien se dedican a mostrar sus diseños u obras de arte, mientras que ellas siguen sus vidas, escondidas del ojo mediático. Aunque esporádicamente aparecen enfundadas en sus vestimentas, que generalmente son oversize de color negro o azul oscuro, muy oscuro.

Celebraron como princesas sus 33 años

El pasado 13 de junio las gemelas más famosas de Hollywood (su trono sólo lo amenazaron los gemelos Sprouse) cumplieron 33 años y celebraron juntas, en la compañía de sus más cercanos.

Nueva York fue el lugar elegido para disfrutar del festejo en un exclusivo restaurante junto a sus parejas, el artista Louis Eisner, quien acompaña a Ashley desde 2017, y el marido de Mary-Kate, Olivier Sarkozy, hermanastro de Nicolás Sarkozy, expresidente de Francia, con quien tiene 16 años de diferencia.

Llevando un estilo minimalista, que les ha caracterizado durante los últimos años, las gemelas celebraron poniendo un especial detalle en sus cabezas, un fino cintillo plateado en el que se podía leer claramente “Birthday Girl”, una señal de que pueden celebrar con tanta alegría como en sus mejores años frente a Hollywood, destacó Vanity Fair.