Este fin de semana el US Open, uno de los cuatro ‘grandes’ del circuito ATP, conocerá a sus nuevos monarcas. Se trata de mucho más que un torneo, según los propios tenistas. Es un evento que combina el deporte con farándula y show. Uno donde un chileno fue protagonista de un escándalo en 1997: Marcelo Ríos.
El ‘Chino’, que en ese entonces era uno de los ‘top’ a nivel Mundial, desató una polémica importante tras plantarse al periodista argentino, Benjamín Benzaquén, en la zona de conferencia de prensa.
¿El motivo? Se desconoce. Eso sí, quizás influyeron comentarios del comunicador que siempre tendió a resaltar la figura de Guillermo Vilas como el mejor sudamericano de la disciplina.
Lo cierto, es que Ríos, tras barrer al australiano Luke Smith en su debut en la competencia (6-1, 6-1 y 6-4), contestó las preguntas de los distintos comunicadores hasta que llegó Benzaquén. “Si él no se va, no respondo más”, expresó el chileno, dejando atónito a todos los presentes.
Como era predecible, el argentino, que llevaba varios años radicado en Chile y estaba acreditado por La Tercera y Radio Agricultura, se indignó. Alzó la voz, reclamó a los organizadores… pero después vino lo peor.
Del “pendejo de mierda” a casi llegar a los golpes
El libro ‘El Extraño de Pelo Largo’, del periodista chileno Nelson Flores, relata paso a paso todo lo que vino después.
Flores estuvo ahí, en directo. Él venía siguiendo desde hace ya un par de años la carrera de Ríos en terreno. Ese día no fue diferente.
“¡Vos, pendejo de mierda, a mí no me vas a prohibir que yo trabaje!”, reclamó enojado el argentino. “Cállate huevón, periodista al peo”, le contestó el tenista.
La discusión no se detuvo ahí. “Vos sos un pelotudo”, continuó gritando el periodista, a lo que el ‘Chino’ insistió con decirle “sale mejor de acá, argentino…”.
El ánimo se fue caldeando minuto a minuto un poco más. Un oficial del torneo llegó e instó a Ríos a responderle a los periodistas y que él no tenía derecho a vetar a alguien del lugar, si no, tendría que pagar una millonaria multa.
Ríos, de mal humor, continuó respondiendo rápido y con pocas palabras. Quería acabar lo antes posibles. Y una vez que terminó a las interrogantes, el escenario empeoró: en su afán de abandonar rápido acabó golpeando con su bolso precisamente a Benzaquén.
Los insultos volvieron a diestra y siniestra. El periodista, incluso, intentó irse encima de Marcelo. Sin embargo, apareció su propio hijo, Ariel, para evitar que se llegara a los golpes.
“Una chispa más y volamos todos por los aires”, admitió Flores en su obra literaria, dejando claro que los ‘combos’ estuvieron muy cerca de aparecer esa jornada en el abierto estadounidense. El escándalo, por muy poco, pudo ser aún peor.