TOI-561b es el nombre de uno de los planetas más rocosos y antiguos conocidos hasta ahora y que supera a la Tierra en un 50% en tamaño y que sólo necesita medio día para orbitar su estrella.

El planeta, que orbita una de las estrellas más antiguas, sorprendió a la comunidad científica por sus características, explicando que la razón de su corto movimiento es la distancia con su estrella, la que alberga un calor increíble. Su temperatura está estimada en más de 1.700 grados Celsius, según consignó el medio Europapress.

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Se cree que es imposible que haya existido vida como la conocemos debido a sus altas temperaturas, dijo el astrofísico planetario de UC Riverside y miembro del equipo, Stephen Kane.

Características del TOI-561b

Según el equipo de científicos, que publicaron esta investigación en The Astronomical Journal, afirmaron que aunque la masa de este planeta es tres veces mayor al de la Tierra, calcularon que su densidad es la misma que de la nuestro planeta.

“Esto es sorprendente porque cabría esperar que la densidad fuera mayor. Esto es consistente con la noción de que el planeta es extremadamente antiguo”, explicó Kane.

La investigación también arrojó que cuando más antiguo es un planeta, es probable que sea menos denso porque no había tantos elementos pesados cuando se formó. Dichos elementos se producen por reacciones de fusión en las estrellas a medida que envejecen.

Eventualmente, cuando las estrellas explotan, dispersan todos sus elementos a partir de los cuales formarán nuevas estrellas y por consiguiente, nuevos planetas.

El planeta TESS Object Interest (TOI) 562, nombre derivado del satélite que estudia los exoplanetas en la NASA, es parte de una rara población de estrellas llamada “disco grueso galáctico”.

Las estrellas que se ubican en esta región de la galaxia, se caracterizan por ser químicamente diferentes, con menos elementos pesados como lo es el hierro o el magnesio, elementos asociados a la construcción de planetas.

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Otras investigaciones

Los astrónomos continuamente están tratando de comprender la relación entre la masa y el radio de los planetas que encuentran. Con esta información, los científicos pueden saber sobre la estructura interior de los planetas, y que con la tecnología actual, aunque están demasiado lejos para poder “tocarlos”, los instrumentos astronómicos permiten estudiarlos de igual manera.

Stephen Kane, quien lideró este hallazgo, comentó que “la información sobre el interior de un planeta nos da una idea de si la superficie del planeta es habitable para la vida tal como la conocemos”.

El astrónomo concluyó que es “poco probable que este planeta en particular esté habitado hoy en día. Puede ser un presagio de muchos mundos rocosos que aún están por descubrir, los que orbitan algunas de las estrellas más antiguas de nuestra galaxia.

El equipo que lideró la Misión TESS (nombre del planeta), utilizó el Observatorio WM Keck en Hawai, perteneciente a la Universidad de California, lugar que alberga los telescopios más productivos de la Tierra. Estos dispositivos fueron los que permitieron observar y calcular la masa, densidad y radio del TOI-561b.