Para 2024 se espera que el hombre regrese a la Luna y, en 2033, el arribo a Marte. Para muchos, esto marca el inicio de una nueva carrera espacial.

Los ingenieros especialistas en el área no han parado de trabajar para encontrar la forma más rápida de viajar por el espacio. De hecho, uno de los últimos estudios publicados, publicado en la American Journal of Physics y recogido por el portal español ABC señala a las velas solares. Guardando proporciones, una herramienta que también ayudó a conocer el mundo en tiempos de descubrimiento y conquista. No obstante, éstas utilizarán como propulsión a la radiación espacial.

El estudio denominado Sun Diver del Instituto Max Planck de Astronomía, con la autoría de Coryn Bailer-Jones, propone una vela ligera que alcanzará una velocidad de hasta 1.200.000 kilómetros por hora. Algo así como ir de Concepción a Curicó en menos de un segundo.

“Para la exploración del Sistema Solar, las velas solares permiten realizar muchas maniobras diferentes, o entrar en órbitas que de otro modo requerirían de mucha propulsión. Para viajes interestelares, podríamos usar una vela solar para ‘bucear’ lo más cerca posible del Sol y obtener de él la máxima aceleración”, explicó Bailor-Jones a Universe Today.

La idea ha sido sondeada por distintas agencias espaciales. JAXA, de Japón, desarrolló el satélite Ikaros. La Nasa, por su parte, construyó los modelos de LightSail y la LightSail 2, de la Planetary Society.

El gran problema de las velas solares es que requieren energía constante, la que se reduciría al alejarse de la estrella central del Sistema Solar. Eso, demás, limitaría la posibilidad de realizar viajes demasiado largos. La solución: rayos láser.

La propuesta del estudio indica que el uso de haces de luz lácer acelerarían la vela. Esto, utilizando el efecto Oberth, que consiste en acercarse a un cuerpo gravitatorio (en este caso el Sol) y moverse a una mayor velocidad que éste, lo que generaría una mayor velocidad.

El experto considera que al abrir la vela en el momento en que la nave se encuentre más próxima al Sol, se creará una mayor velocidad. Una cifra cercana a los 1,2 millones de kilómetros por ahora, cinco veces más rápido que la velocidad actual de las mejores naves.

La gran limitación es el tiempo y el calor. Se estima que, aún con la rapidez, serían necesarios casi tres mil años para llegar a las proximidades del Sol. Por otro lado, las temperaturas son inimaginables, por lo que se necesitarían materiales que aún no están disponibles.