El miércoles pasado, en Suecia, la recién elegida primera ministra, Magdalena Anderson, del Partido Social Demócrata, renunció al mando supremo de su país a sólo unas horas de haber asumido. Eso, porque el Partido Verde, que le había dado la mayoría, súbitamente desertó de la alianza, por un desacuerdo no especificado, con ello la mayoría pasó al partido neonazi “Demócratas Suecos”.