El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el crecimiento de Chile para 2016 será en torno a un 1,5%, mientras que para 2017 rondará el 2,1%.

Estas cifras representan una baja en comparación a las proyecciones anteriores, pues para 2016, en enero estimó un crecimiento de 2,1% y en octubre de 2015 había sido de 2,5% para el presente año.

La estimación de 2017 también ha sufrido modificaciones a la baja, pues pasó de 2,9% en octubre de 2015, a 2,5% en enero y ahora se estancó en 2,1%, consigna Estrategia.

América Latina también baja

Arrastrada por Brasil y Venezuela, América Latina y el Caribe registrará en 2016 un segundo año de decrecimiento económico antes de rebotar a terreno positivo en 2017, estimó este martes el Fondo Monetario Internacional.

En un escenario mundial débil y propenso a empeorar, el FMI estimó que el PIB regional decrecerá 0,5% este año, una caída mayor a la de 0,3% publicada por el organismo en enero.

Aún más lejos quedó el moderado optimismo de octubre, cuando la institución proyectaba un 0,8% de crecimiento de la economía latinoamericana y caribeño, una región afectada de manera distinta por los grandes shocks mundiales, como la caída de los commodities y la desaceleración de China.

Este año, el desempeño económico en la región será además peor que en 2015, cuando los países de la región se contrajeron 0,1%, indicó la institución, que celebra en Washington su reunión anual esta semana.

De concretarse las estimaciones del Fondo para 2016, América Latina y el Caribe habrá tenido dos años seguidos de recesión, algo inédito desde 1982-1983, cuando la crisis de la deuda desencadenó la llamada “década perdida” para la región.

La caída se detendría en 2017: el FMI espera un fortalecimiento de la actividad económica en todos los países, con un crecimiento regional de 1,5%.

Afectados de manera disímil por el entorno, las perspectivas de crecimiento de los países de la región se han separado: mientras México, Centroamérica y el Caribe se benefician de la recuperación de Estados Unidos, y en algunos casos de la caída de los precios energéticos, Suramérica se mantiene “fuertemente afectada” por los bajos precios de las materias primas.