El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukia Amano, que llegó el domingo a Teherán para obtener “aclaraciones” sobre el programa nuclear de Irán, pudo visitar las controvertidas instalaciones de Parchín, que podrían haber albergado actividades nucleares militares.

“Amano realizó una visita formal a las instalaciones de Parchín, visitó ciertos talleres sobre los cuales había falsas informaciones”, declaró el portavoz, Behruz Kamalvand, en la web de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI).

En las instalaciones de Parchín, al este de Teherán, se sospecha que se realizaron ensayos de explosiones convencionales aplicables a armas nucleares, algo que Irán siempre desmintió.

Recientemente, la prensa estadounidense afirmó que se realizaban tareas sospechosas en la zona de Parchín, pero según el portavoz de la OEAI se trataba de la reparación de una carretera que se había inundado y que Amano pudo visitar.

Irán rechazaba hasta ahora el acceso de la AIEA a esta base por su naturaleza militar, subrayando que la agencia de la ONU ya había realizado inspecciones allí en 2005 sin ningún resultado.

A primeros de septiembre, la AIEA pidió a Irán que disipara “ambigüedades” acerca de sus pasadas actividades nucleares, en el marco de un proceso de verificación previa a la anulación de las sanciones internacionales que pesan sobre el país desde 2006, prevista en el acuerdo histórico sellado el pasado 14 de julio entre Teherán y las grandes potencias.

“La agencia busca aclaraciones sobre ciertas cuestiones y cumple (con ellos) sus deberes, lo que puede ser una buena base para una cooperación a largo plazo”, declaró Amano en un encuentro con el presidente iraní, Hasan Rohani, según la agencia de prensa oficial Irna.

Sin precisar los puntos que deben ser clarificados, Amano afirmó que la AIEA actúa “etapa por etapa (…) en el examen de los programas” nucleares de Irán e intenta “reseñar de manera imparcial” el resultado de su trabajo.

El presidente Rohani declaró que su país aplicará el “protocolo adicional (del Tratado de no proliferación nuclear, ndlr) de forma voluntaria”. “Esperamos que ustedes también vigilen de forma equitativa la aplicación” del acuerdo del 14 de julio, añadió dirigiéndose a Amano.

El protocolo adicional del TNP permite que la AIEA intensifique la vigilancia de los programas nucleares en el mundo con el fin de que no sean desviados de su uso pacífico.

A puerta cerrada en el Parlamento

Además del presidente Rohani, Amano se reunió con el ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, y el jefe de la OEAI, Ali Akbar Salehi.

Habló asimismo a puerta cerrada a los diputados de una comisión especial del Parlamento iraní constituida para examinar el acuerdo nuclear.

Yukia Amano intervino en agosto ante el Congreso estadounidense para intentar convencer de su pertinencia a los electos republicanos, opuestos de plano al acuerdo.

Después de una larga batalla en el Congreso, el presidente Barack Obama logró evitar un voto desfavorable para el acuerdo que Washington empezó a aplicar formalmente.

El presidente Rohani afirmó en una entrevista del programa “60 minutos” de televisión estadounidense CBS difundida el domingo en Estados Unidos que la mayoría de sus compatriotas apoyan el acuerdo y las instituciones de su país probablemente lo ratifiquen. 

“La mayoría de nuestros ciudadanos, en los sondeos, ven el acuerdo de manera positiva”, declaró Rohani. “Y generalmente, las instituciones, como el Parlamento y el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, no están alejados de la opinión pública y van en ese sentido”, añadió.

El Parlamento iraní, dominado por los conservadores, debería dar “su opinión” de aquí a fin de mes, según su presidente, Ali Larijani, que, al hacer ese anuncio el 5 de septiembre, no había precisado si habría votación o no.

Conservador moderado y favorable al acuerdo, Larijani vaticinó debates agitados.

Aunque se organice una votación, parece improbable que el Parlamento rechace un acuerdo aprobado por el guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei.

El acuerdo entre Irán y el llamado grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) tiene por objetivo descartar toda ambición militar del programa nuclear iraní, a cambio del levantamiento gradual de las sanciones impuestas a Teherán desde 2006 por enriquecer uranio.

Antes de la entrada en vigor del acuerdo, la AIEA debe entregar el 15 de diciembre un informe destinado a aclarar todas las sombras que todavía persisten sobre la “posible dimensión militar” del programa nuclear iraní, por lo menos hasta 2003.

Teherán siempre ha negado las acusaciones en tal sentido y sostiene que las sospechan se basan en documentos manipulados.