La gran ofensiva de las fuerzas iraquíes para arrebatar Tikrit al grupo Estado Islámico (EI) se vio detenida este martes, debido a que la ciudad está plagada de bombas colocadas por los yihadistas.

“La batalla para recuperar Tikrit será difícil”, explicó a la AFP Jawad al Etlebawi, portavoz de la milicia chiita Asaib Ahl al Haq (Liga de los Virtuosos, en árabe), que participa en la ofensiva.

Los yihadistas “colocaron bombas en todas las calles, edificios, puentes, en todas partes”, dijo, añadiendo que por ello se ordenó a sus fuerzas detenerse.

“Necesitamos fuerzas formadas en guerrilla urbana para llevar a cabo el asalto”, estimó Etlebawi. Agregó que los yihadistas siguen cercados en el interior de Tikrit y “luchan ferozmente”.

La ofensiva que hizo posible cercar a los yihadistas, lanzada el 2 de marzo en Tikrit (160 km al norte de Bagdad), movilizó a soldados, policías y fuerzas paramilitares de voluntarios controladas por milicias chiitas, en la mayor operación contra el EI en Irak.

Pero la línea del frente no se ha movido desde hace días. El general Abdelwahab al Saadi, uno de los principales comandantes de la operación, pidió el domingo apoyo aéreo de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos.

Los militares añadieron que el EI puso explosivos en las casas y construyó trincheras en la capital de la provincia de Saladino.

Desde el lunes, el ministro iraquí del Interior, Mohamed al Ghabban, había anunciado la suspensión de la ofensiva gubernamental iraquí, la más importante desde la retirada del ejército a mediados de 2014, que facilitó al EI conquistar vastos territorios al norte y el oeste de Bagdad.

Según él, los combates fueron suspendidos para “limitar las pérdidas” y proteger las infraestructuras, sin precisar si será un sitio prolongado.

Según el general Al Saadi, la coalición no ha dado “ningún apoyo aéreo” hasta ahora, a causa de la implicación de Irán al lado de las tropas iraquíes en la ofensiva que se lleva a cabo.

Ataque con cloro en Siria

El ejército iraquí ya trató de retomar tres veces, en vano, la ciudad de donde era originario el ex dictador Sadam Husein. Varios comandantes afirmaron de manera recurrente que estaban a punto de lanzar el asalto final, pero la línea del frente no ha cambiado en dos días.

El grupo EI anunció por otro lado este martes que decapitó a cuatro hombres que reclutaban voluntarios para las fuerzas gubernamentales en la provincia iraquí de Saladino.

Desde su irrupción fulgurante en Irak hace nueve meses, el grupo extremista sunita impone su ley y aumenta las atrocidades en las regiones bajo su control, como en los territorios conquistados en la vecina Siria, aprovechándose del conflicto que estalló hace cuatro años entre el régimen y los rebeldes.

En Siria, opositores y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) acusaron al régimen de haber realizado el lunes un ataque con gas que mató a seis personas, entre ellas tres niños, en la provincia de Idleb (noroeste).

Los opositores publicaron fotos de víctimas con dificultades para respirar, y acusaron al régimen de recurrir al cloro.

El régimen de Bashar al Asad ha utilizado con frecuencia cloro en ataques contra los rebeldes.

Varios casos de utilización del cloro por los yihadistas, que lo recuperan principalmente en las estaciones de depuración o de bombas artesanales, fueron mencionados en Siria e Irak.

El departamento estadounidense de Defensa se mostró el lunes “preocupado” por las acusaciones de utilización de ese gas por parte del EI, aunque precisó que no podía confirmar las informaciones proporcionadas por las autoridades del Kurdistán iraquí.