“Para muchos de nosotros, chequear el correo electrónico y escuchar el buzón de voz es prácticamente un comportamiento automático. Pero en muchos sentidos, ésta es la peor manera de empezar el día”.

Así lo afirma el psicólogo Ron Friedman en una columna en el portal especializado Psychology Today, donde señala que las actividades recién mencionadas, secuestran nuestro enfoque y nos ponen en un modo reactivo, cuando las prioridades de otras personas toman el centro del escenario. Es el equivalente de entrar en una cocina y en busca de un derrame o algo que limpiar”.

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Según el profesional un mejor enfoque para comenzar el día es haciendo una breve sesión de planificación. En este sentido pone como ejemplo al famoso chef Anthony Bourdain, quien en su libro Kitchen Confidential revela que antes de preparar cualquier plato, él se toma unos minutos para planificar la ejecución y el montaje, para que así todo resulte perfecto.

Este ejercicio permite terminar el día con un sentido de logro, al contrario de cuando comienzas a actuar en forma mecánica y no tienes esa sensación de que has conseguido tus objetivos durante la jornada.

Friedman afirma que este método “es eficaz para ayudar a distinguir entre las tareas que no tienen tanta urgencia y las que son verdaderamente importantes. Se utiliza para determinar las tareas en las que deseas enfocar tu energía”.

“Luego, es importante crear un plan de ataque para dividir las tareas complejas en acciones concretas”, añade.

El gurú de la productividad, David Allen, recomienda comenzar cada elemento de la lista con un verbo, ya que esto es útil para exponer tus intenciones concretas. Por ejemplo, en lugar de escribir simplemente en la lista “Presentación del lunes”, pon las acciones que implicarán crearla: Recopilar datos, crear diapositivas, incorporar imágenes, etc.

“Esto se aplica igualmente a los estudiantes, jefes de familia, cualquiera que necesite conseguir una determinada tarea”, complementa Friedman.

El psicólogo asegura que los estudios demuestran que cuando se trata de metas, mientras más específico seas acerca de lo que quieres lograr, mejor será su probabilidad de éxito. “Tener cada paso trazado de antemano también minimizará la necesidad de un pensamiento complejo más tarde en el día y hacer que la dilación sea menos probable”, agrega.

Además, también es ideal que al establecer prioridades, empieces el día con las tareas que requieren más energía mental. “La investigación indica que tenemos menos fuerza de voluntad a medida que avanza el día, por lo que es mejor hacer frente a las cosas más desafiantes, que requieren más concentración y agilidad mental, lo más temprano posible”, expresa.

“Todo este ejercicio puede tomar menos de 10 minutos. Sin embargo, es una práctica que puede producir importantes dividendos durante el día”, afirma el experto.

Y es que al comenzar el día con una sesión de mini-planificación, puedes adelantar decisiones importantes en un momento en que tu mente está fresca. También te darás cuenta que tener una lista de elementos de acción concretos (en lugar de una amplia lista de objetivos) es especialmente valioso al final del día, cuando sientas la fatiga y el pensamiento complejo se haga realmente difícil.