La cantidad de personas afectadas a enfermedades asociadas a una mala alimentación, aumenta año a año, y por consiguiente el costo de los tratamientos también. ¿La solución? Una adecuada educación alimentaria y hábitos saludables que aliviarían la economía familiar.

La obesidad, hipertensión, diabetes y dislipidemias (alteraciones en la concentración de lípidos en la sangre), son las principales enfermedades asociadas a una mala alimentación en la población chilena. “Antiguamente estas enfermedades afectaban solo a adultos y ancianos, pero hoy afectan desde niños y adolescentes en adelante, especialmente a personas de nivel educacional más bajo”, explica Samuel Durán, presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile.

Esto se explica, principalmente, por la falta de educación alimentaria, prevención y asistencia nutricional efectiva en el sistema de salud, y porque en la atención primaria no hay suficientes nutricionistas. Esto significa que los usuarios no acceden a horas en los tiempos requeridos, e implica que las pocas consultas disponibles las dediquen a pacientes que ya padecen de enfermedades.

A juicio del especialista, “si tuviéramos un país sano, tendríamos también un bolsillo sano. Con un bolsillo sano las familias chilenas tendrían acceso a una mejor alimentación, a recreación, y finalmente a gozar de una mejor calidad de vida. También gana el país, con menos licencias médicas, menos jubilaciones anticipadas por discapacidad, más productividad laboral, incremento de ingresos y mayor desarrollo”, señala.

Introducir hábitos alimenticios positivos en los chilenos es fundamental para lograr una sociedad más sana evitando enfermedades asociadas, muchas de las cuales tienen un alto costo.

“Hay medicamentos que no están cubiertos en la canasta básica y los pacientes debe comprarlos de su bolsillo. Un caso ilustrativo es el de los pacientes que padecen hipertrigliceridemia, quienes deben sí o sí comprar afuera el gemfibrozilo que les receta el médico, porque no está incluido en el arsenal farmacológico. Además, hay enfermedades como la diabetes e hipertensión son crónicas y de por la vida, al igual que los medicamentos que se deben utilizar para un buen control de las mismas”, explica Durán.

Es por ello que el llamado que realiza el presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile es lograr una mayor promoción alimentaria, mayor y mejor acceso a las consultas nutricionales preventivas, y más consciencia sobre la importancia de llevar una alimentación sana y balanceada en las familias chilenas.