Un multimillonario de Hong Kong, heredero de un imperio inmobiliario, fue condenado este martes a cinco años de prisión por sobornar a un ex alto dirigente del gobierno local, quien por su parte fue sentenciado a 7,5 años de cárcel.

Este caso provocó polémica en la antigua colonia británica, que fue devuelta a China en 1997, un importante centro financiero que busca proyectar una imagen positiva.

Thomas Kwok, de 63 años, fue hallado culpable el viernes pasado de haber “comprado” al ex número dos del gobierno hongkonés Rafael Hui. Su hermano, Raymond Kwok, de 61 años, fue absuelto.

El tribunal halló culpable a Hui, de 66 años, de cinco cargos de corrupción, lo que le convierte en el responsable hongkonés de mayor rango condenado por aceptar sobornos.

Según el acta de acusación, el funcionario recibió 34 millones de dólares de Hong Kong (4,38 millones de dólares, 2,8 millones de euros), bajo forma de préstamos ventajosos y privilegios, como el de disfrutar de un apartamento de lujo, sin pago de por medio.

Su prevaricación “ha sido una inmensa decepción para muchos hongkoneses”, aseguró el juez Andrew Macrae en referencia a Hui durante la lectura de la pena.

“Es vital que el gobierno y los ambientes económicos de Hong Kong se mantengan y sean vistos como libres de corrupción”, añadió el magistrado, quien alabó los esfuerzos puestos en marcha por China para erradicar la prevaricación a todos los niveles del Partido Comunista.

Dos influyentes empresarios, que ejercieron de intermediarios, fueron condenados en este proceso a penas de cinco a seis años de prisión.

Los agentes de la comisión de lucha contra la corrupción detuvieron a los hermanos Kwok, quienes figuran en la lista de las personas más ricas del mundo, y a Hui en marzo de 2012.

Los hermanos Thomas y Raymond Kwok aparecen en el lugar número 64 de la lista Forbes, con un patrimonio estimado de 14.500 millones de dólares (11.800 millones de euros).