Dos personas murieron el viernes en manifestaciones, más de 200 fueron detenidas y un general fue asesinado en Egipto, donde movimientos salafistas llamaban a protestar contra la destitución del presidente islamista Mohamed Mursi hace un año y medio.

Desde que el ex jefe del ejército y actual presidente, Abdel Fatah al Sisi, destituyera a Mursi en julio de 2013, los partidarios del primer presidente egipcio elegido democráticamente son el objetivo de una implacable represión, que se amplió luego a la oposición laica y liberal.

El Frente Salafista, que apoya a Mursi y a su cofradía de los Hermanos Musulmanes, había llamado a manifestar el viernes para “tumbar el poder militar” y “proclamar la identidad islámica de Egipto”.

Pero la policía dispersó rápidamente estas concentraciones en la capital, donde el ejército se desplegó al igual que en las grandes ciudades del país.

En el barrio pobre de Matariya, en el este de El Cairo, se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y policía, que dejaron dos muertos, según responsables de seguridad y sanitarios.

Uno de ellos murió “de un balazo en el pecho”, según el portavoz del ministerio de Sanidad, Hosam Abdel Ghafar.

Un amigo de la víctima, bajo anonimato, indicó que se trataba de un islamista que participaba regularmente en manifestaciones antigubernamentales. “La policía disparó arbitrariamente”, aseguró este testigo.

El ministerio del Interior aseguró, sin embargo, que la policía había recibido disparos de los manifestantes, y que uno de ellos fue detenido con un fusil de caza.

En total, 224 personas fueron detenidas, la mitad de ellas antes del inicio de las manifestaciones, y los artificieros desactivaron diez pequeñas bombas, según el ministerio.