Panamá y Uruguay son dos países latinoamericanos que han logrado grandes éxitos en el combate al tabaquismo y sus impactos en la salud, pero persisten desafíos en el resto de la región, señalaron el jueves expertos que participan en un Congreso en Costa Rica.

Desde que inició la aplicación del Convenio Marco para el Control del Tabaco, en 2005, América Latina se ha anotado varios éxitos en este campo pero los avances son desiguales, dijo a la AFP el médico Eduardo Bianco, director regional de Framework Convention Alliance, una organización que trabaja en los esfuerzos por combatir una adicción que mata a seis millones de personas al año en todo el mundo.

Adriana Blanco, encargada de Control de Tabaco de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), comentó que América Latina enfrenta varios desafíos, pues aún hay tres países de la región (Argentina, El Salvador, Cuba) que no han ratificado el Convenio (suscrito por 180 países en todo el mundo), y uno más (República Dominicana) que ni siquiera lo ha firmado.

“La inversión que se requiere para impulsar las medidas de control es mínima, lo que falta es voluntad política”, comentó Blanco.

Bianco y Blanco son parte de los casi 100 especialistas de todo el mundo que participan en el 4o Congreso Tabaco o Salud, que se inauguró el miércoles y concluye el viernes en un hotel de las afueras de San José.

- Medidas efectivas -

En Uruguay, la aplicación de una serie de medidas de control bajó el porcentaje de fumadores adultos de un 32% en 2005 a 23% en 2011 y de 30% a 13% en los jóvenes, precisó Bianco.

El efecto de esta reducción del número de fumadores impactó poderosamente en los indicadores de salud con una disminución de 22% en infartos agudos en solo cuatro años, aseguró el experto.

Según Bianco, la medida que más ayudó a lograr estos objetivos fue la prohibición absoluta del fumado en lugares cerrados como bares, restaurantes y otros centros de públicos.

En Panamá, tras aplicar la mayoría de los compromisos del Convenio Marco la prevalencia de fumadores ha bajado consistentemente hasta el nivel más bajo de América Latina, con 6,4%, explicó la responsable de las políticas de control del tabaco en en el país, Reina Roa.

Coincidentemente, ha disminuido la incidencia de enfermedades asociadas al tabaco, como el cáncer de pulmón, señaló Roa sin detallar cifras.

Entre las medidas adoptadas en este país centroamericano está el incremento del precio de los cigarrillos mediante la aplicación de un impuesto de 100% sobre el valor de fábrica; la prohibición absoluta de la publicidad y la inscripción de advertencias sanitarias en los paquetes de tabaco.

Las otras dos políticas determinantes han sido el de los ambientes públicos 100% libres de humo, sin excepciones, y las campañas de información y concientización dirigidas a los jóvenes y a la población en general.

Este programa, que se ha convertido en una política de Estado más que de un gobierno en particular, “nos ha hecho merecedores a varias demandas de la industria tabacalera, pero eso no nos separa de nuestra responsabilidad como Estado que es proteger la salud y el bien colectivo”, afirmó Roa.

Otros países latinoamericanos como Colombia, Costa Rica y Brasil han logrado avances importantes en la aplicación del Convenio, pero aún les falta aplicar algunas regulaciones, afirmó Blanco.

Costa Rica, por ejemplo, “ha dado un gran paso al destinar parte de los recursos generados por el impuesto al tabaco para ayudar a las personas adictas, a dejar el hábito”, apuntó.

Otros países han venido ratificando el Convenio Marco para el Control del Tabaco, pero no han promovido las legislaciones internas correspondientes o sólo lo han hecho parcialmente, por lo que tienen una gran tarea pendiente.