Es de larga data el debate respecto a la conexión que existe entre la creatividad y las diversas afecciones que puede sufrir la salud mental. De hecho, un estudio publicado por investigadores suecos en 2012 apunta a la conexión entre las profesiones que requieren un mayor esfuerzo creativo y la frecuencia con la que requieren tratamientos en esta área.

Una nueva investigación, esta vez realizada por expertos de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, expone que los comediantes comparten rasgos que en su mayoría presentan las personas que sufren de trastorno bipolar o de esquizofrenia.

El equipo a cargo del estudio llegó la conclusión tras aplicar un cuestionario -que mide rasgos psicóticos en personas que no hayan reportado problemas por enfermedades mentales- a 523 comediantes ingleses, estadounidenses y australianos. Para hacer la comparativa, también se aplicó dicho instrumento a 364 actores.

El cuestionario tiene por propósito medir cuatro dimensiones de los rasgos psicóticos. Estos contemplan la creencia en experiencias inusuales -como telepatía y eventos paranormales-, la desorganización cognitiva -dificultad para enfocar los pensamientos-, la anhedonia introvertida -el disgusto por el contacto físico y la intimidad- y la disconformidad impulsiva -comportamiento antisocial-, consigna The Guardian.

Mientras los actores puntuaron cifras sobre la media en tres de las escalas, los comediantes evidenciaron puntajes significativamente altos en las cuatro.

El estudio reconoce que la psicosis esquizofrénica puede ser perjudicial para la producción del humor, aunque en cierta medida también puede ayudar a la asociación libre. En tanto, la creación de conexiones atípicas y conformación de ideas nuevas también puede ser propiciado por el “pensamiento maníaco”, común en las personas que sufren de bipolaridad.