En los próximos días, la Superintendencia de Servicios Sanitarios oficiará a la empresa Esval respecto al inicio de un procedimiento de sanción, lo que se produce por la nueva rotura de la Gran Alimentadora, ubicada en Santa Elena, que dejó sin agua a 15.400 clientes.

Esto se produce específicamente porque la sanitaria no aseguró la obligación legal de mantener la continuidad de agua potable, la que sólo se puede ver afectada por condiciones de fuerza mayor.

Ante este escenario se abre un expediente de proceso sancionatorio en la cual se levantarán cargos formales que pueden llegar a una multa máxima de mil Unidades Tributarias Anuales, dependiendo del caso y de la respuesta de la empresa, que tiene un plazo de 10 días para presentar los antecedentes.

Carlos Órdenes, jefe regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios de Valparaíso, dijo que ante estas situaciones se actúa fiscalizando para que se resuelva el problema lo antes posible, a lo que se suma la fiscalización constante de estanques fijos para suministrar agua a los afectados.

Sin embargo, este no es el único proceso que lleva la sanitaria, puesto que la Gran Alimentadora, desde tres a cuatro años, ha presentado una serie de falencias, en donde incluso ya se ha multado con 270 millones de pesos a Esval por fallas en la operación, existiendo tres procesos más en curso.

Tras estos inconvenientes, la SISS exigió a Esval un programa de reposición de la red de la Gran Alimentadora en julio de este año, cuando se produjo la primera rotura de matriz.

En tanto, según datos proporcionados por la empresa, esta nueva rotura se habría producido a la altura de la calle Federico Costa, Sector Santa Elena, en el Cerro Ramaditas, a eso de las 23:00 horas de este lunes, por lo que se procedió a suspender el servicio.

El suministro se normalizaría pasadas las 17 horas de este martes.