Los nueve candidatos presidenciales del país se jugaron sus últimas cartas de cara a las elecciones del 17 de noviembre, en el debate organizado por la Asociación Nacional de Televisión, Anatel, que estuvo marcado por la confrontación de ideas sobre educación y economía.

Durante la segunda jornada, los abanderados fueron puestos en las cuerdas en todos los temas que durante la campaña se han transformado en puntos débiles de cada uno.

El análisis de este último debate, apunta a que el formato resultó tener una estructura más fluida pero que aún sigue siendo un tema que se debe mejorar y evaluar para un futuro. Así lo señaló el Director del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales, ICSO, Claudio Fuentes.

Para el también analista Gonzalo Muller, el debate no fue aprovechado por los candidatos para imponer sus ideas y diferencias con sus más cercanos rivales presidenciales, salvo en el caso de la candidata Roxana Miranda, a quien calificó como la única que sí entendió la oportunidad en la que se dio este formato.

Gonzalo Muller, agregó que estos debates no van a generar cambios en los electores, pero que sí ayuda para que las personas vean y ratifiquen su voto de cara a las próximas elecciones, ya que cada uno ve la imagen de su candidato aún más fuerte de cara al proceso.