Veintiséis activistas fueron detenidos el martes durante dos manifestaciones de grupos pro-inmigrantes que se realizaron en el centro de Florida y Nueva York para reclamar al Congreso de Estados Unidos una reforma que permita obtener la ciudadanía.

“La policía detuvo a 16 defensores de los derechos de los inmigrantes, madres de (estudiantes indocumentados) ‘dreamers’ y líderes comunitarios”, dijo Natalia Jaramillo, portavoz de la Coalición de Inmigrantes de Florida.

Cientos de manifestantes se reunieron en el centro de Orlando, zona central de Florida (sureste) para pedir al presidente de la Cámara Baja, John Boehner, su apoyo a una reforma migratoria.

“Sin embargo fueron detenidos por obstruir el tráfico en la ciudad”, explicó la activista.

En Nueva York, otras 10 personas fueron detenidas, entre ellas un obispo, una monja y un pastor, que bloquearon el tráfico cerca del centro de detenición migratorio de Varick St., en Manhattan, para pedir con pancartas: “Boehner detenga la agenda de separación de familias”, confirmaron los activistas de ambas ciudades.

La manifestación de Florida se realizó frente al Centro Regional de Historia del Condado Orange, y contó con la participación de activistas de Tampa, miembros de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de Florida, del Centro Campesino y varios estudiantes indocumentados.

“Demasiados trabajadores están viviendo con miedo a ser despedidos y deportados”, dijo en Orlando Jeremy Cruz-Haicken, uno de los manifestantes que fue detenido la noche del martes.

“Es hora que el Congreso recomponga este sistema que está roto”, agregó Cruz-Haicken tras pronunciarse contra la separación de familias.

En la concentración de Florida había varios hijos de padres que fueron deportados y a quienes no han podido volver a ver.

Entre las promesas que dieron la reelección al presidente Barack Obama en 2012, figura una reforma a la legislación migratoria, que le dio el voto abrumador de los hispanos, la primera minoría del país con más de 55 millones de personas.

El Senado, de mayoría demócrata, aprobó en junio un proyecto que abriría una vía a la ciudadanía a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se estiman viven y trabajan en Estados Unidos. Pero la Cámara de Representantes, controlada por la oposición republicana, se niega a ponerla a votación.