Ariel Castro, el estadounidense acusado de mantener secuestradas a tres mujeres durante una década en Cleveland (Ohio, norte), se declaró no culpable este miércoles de los cargos de secuestro, violación y homicidio, por haber golpeado a una embarazada hasta provocarle un aborto.

El abogado de Castro presentó la declaración en una breve comparecencia ante la justicia. El acusado estuvo presente en la sala vestido con la clásica indumentaria de preso color naranja, pero permaneció con la cabeza gacha y no dijo una palabra.

El caso salió a la luz después de que Amanda Berry, de 27 años, lograra escapar el 6 de mayo de la casa de Castro junto a su hija de seis años, tras captar la atención de un vecino sacando su mano por la puerta.

La policía encontró luego a otras dos cautivas en la casa: Gina DeJesus, de 23 años, y Michelle Knight, de 32. Las tres mujeres habían sido raptadas en 2002, 2003 y 2004.

Castro, de 52 años, podría enfrentar la pena de muerte de ser hallado culpable de homicidio agravado, considerado un delito capital en Ohio si ocurre en el marco de un secuestro.

La mayoría de los estados de Estados Unidos tienen leyes de homicidio fetal, que permiten castigar a quienes lastiman a mujeres embarazadas, a la vez que garantizan el derecho de la mujer de realizarse un aborto legal.

El secuestro y la violación no son delitos capitales a pesar de la terrible experiencia impuesta a las tres mujeres, secuestradas en la calle después de que Castro se ofreciera llevarlas a sus casas cuando tenían 14, 16 y 20 años.